Todos, o si no la gran mayoría, cargamos con los celos, una palabra difícil de asimilar y aceptar, pero que dependiendo del nivel con el que la manejemos, puede llegar a ser destructivo.
Todos, o si no la gran mayoría, cargamos con los celos, una palabra difícil de asimilar y aceptar, pero que dependiendo del nivel con el que la manejemos, puede llegar a ser destructivo.
Los celos son una respuesta emocional que padece mucha gente ante la idea de pérdida de la atención del ser querido. Y pueden partir de motivos justificados, como haber sufrido una infidelidad, o ser producto de la distorsión o fantasías de una de las partes implicadas en la relación, porque no solo los sufren las parejas por amor, también existen celos entre hermanos, amigos y en el entorno de las relaciones de trabajo.
Sea cual sea el origen, puede llevarle a vivir una relación tormentosa y destructiva, tanto para el que los sufre como para el que convive con una persona que los tiene. Pero conozcamos más del tema con la psicóloga Rebecca Zavala.
Causas
“Los celos se dan por una falta de autoestima e inseguridad en nuestra persona. Existe una idea irracional de que los celos son románticos y se intenta justificar pensando que son fruto de quien quiere de verdad. Falso.
En el momento en el que el nivel de sufrimiento lleva a controlar lo que otra persona hace, a actuar de forma victimista para llamar su atención, a demandar el amor de manera inapropiada, a manipular al otro para que pase más tiempo con uno u obligarle a vestirse para no llamar la atención, se convierten en una fuente de conflicto, insatisfacción y dolor”, explicó la especialista.
Algunos de los motivos más comunes que explican la celotipia son:
La inseguridad y la baja autoestima. La persona celosa se compara con “otros rivales” y se siente débil y percibe que no está a la altura. Piensa que cualquiera podría sustituirle en la relación. Y en esa batalla imaginaria se siente perdedora.
“Según la percepción del celoso, no tiene nada interesante que ofrecer, ni en lo que concierne a su físico ni a su personalidad. Este tipo de individuos critican con dureza a los demás y siempre les encuentran debilidades, porque el fallo del otro les da a ellos valor. Por el contrario, el éxito de los demás les lleva a sentirse miserables y vulnerables con sus amigos, pareja o profesión”, describió.
La idea de posesión. Muchas personas se creen dueños del estilo de vestir, de las conversaciones o del tiempo de sus parejas. Lo controlan todo por miedo a perderlas. Se creen con el derecho de decidir respecto a su trabajo, a con quien se relaciona y las decisiones que tiene que tomar en su vida. A veces, la misma forma de expresarse en un momento romántico o en una presentación social es posesiva –“te quiero solo para mí”, “mi marido” o “mi mujer”–, pero eso no debe hacer creer que la persona nos pertenece.
Los celos destructivos llevan a consecuencias devastadoras en la pareja. Aquello que se intenta evitar perder, terminará por dejarle. Nadie es capaz de estar sometido y ser feliz en una relación donde no es libre.
¿Qué hacer?
Los celosos sienten que su vida sería horrible si perdieran a la persona amada e invierten toda su energía en retenerla de forma equivocada. Al final consiguen lo que más temían, la ruptura. Si usted está siendo víctima de estas exigencias, sepa que ceder y dar explicaciones de todo lo que hace solo va a potenciar más el problema. Si desea cambiar la dinámica de su pareja, pruebe y ponga en práctica estos consejos:
1. No ceda ante demandas absurdas que afectan a su estilo de vida y su escala de valores. Ponga límites, con un tono de voz tranquilo, y explique que estas cosas no son negociables.
2. No justifique y dé explicaciones de cada llamada y mensaje que reciba. Usted necesita poder actuar como cualquier persona digna de confianza. Hablar, informar de lo que hace durante el día, compartir inquietudes y pedir consejo para tomar decisiones es complicidad.
3. Ignore el chantaje emocional: como malas caras, que le retire la palabra, comentarios del tipo de que no puede estar sin usted cuando sale, que siente mucha ansiedad y que sufre mucho. La dependencia emocional no es positiva para ninguna de las partes. Tienen que aprender a convivir y a realizar actividades en pareja que sean placenteras, pero también a tener su tiempo personal y a disfrutarlo.
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