viernes, 19 de junio de 2015

Tres trucos sencillos para rendir en la cama como campeones



Jillian Kramer recoge tres sencillos trucos que mejoran las relaciones sexuales haciendo más calientes nuestros encuentros. Lo mejor de todo, no requieren de una complicada preparación física ni mental así que ponte manos a la obra y, por muy extraños que te parezcan, no dejes de probarlos.
Son muchas las parejas que, con el paso del tiempo y el poco empeño en innovar en la cama, ven cómo sus relaciones sexuales se convierten en algo rutinario, anodino y poco placentero. Mientras los hombres suelen alcanzar el clímax con una mayor facilidad–según una reciente encuesta realizada por el Instituto Kinsey de la Universidad de Indiana, hablamos de 85,5% frente al 61,6% de las féminas–, alrededor de un 5% de las mujeres no han disfrutado nunca de uno. Algo falla. Pero hay formas de solucionarlo que están al alcance de cualquiera.
No es necesario ensayar el Kama Sutra o acudir a un experto para que nuestra vida sexual dé un giro. Puede ser mucho más fácil conseguir un cambio y disfrutar –ambos miembros de la pareja– de grandes orgasmos. Jillian Kramer recoge en Glamour tres sencillos trucos que mejoran las relaciones sexuales haciendo más calientes nuestros encuentros. Lo mejor de todo, no requieren de una complicada preparación física ni mental así que ponte manos a la obra y, por muy extraños que te parezcan, no dejes de probarlos.
1. Bebe más
Una copita de champán o un cóctel suenan ideales para una cita romántica, pero no te pases. Hay que beber más pero cuidado de no encogorzarte porque el alcohol puede ser un mal amigo del deseo sexual e incluso actuar como inhibidor (por no mencionar la torpeza con la que te desenvuelvas en la cama debido a sus efectos). Ojo porque es tan sencillo como mantenerte hidratado a base de agua: al menos ocho vasos al día –aproximadamente, un litro y medio– son la pócima mágica para dar la talla en las relaciones sexuales.
Claro que, como recomienda la experta, es conveniente no beber demasiado para no sentir ganas de orinar en mitad del acto y, o bien tener que hacer una incómoda pausa, o descentrarnos por miedo a que se nos escape. ¿Pero por qué es tan importante beber agua? La respuesta viene más de los contras de no hacerlo que de los beneficios directos: “La deshidratación puede afectar a su deseo sexual y causar sequedad vaginal”, explica Kramer.
2. Atención a tus pies
No es que tengas que ir al podólogo para limar tus durezas y tener los pies a punto por si te cruzas con algún fetichista que disfrute de su belleza –aunque también pueda ser un aliciente–, más bien al contrario: el consejo es que te pongas calcetines para practicar sexo.
Probablemente te has quedado boquiabierto con este consejo. ¡Pero si de toda la vida son el anti erotismo! Pues no. Resulta que tener nuestros pies abrigados tiene un efecto secundario de lo más sexual: ayuda a alcanzar el orgasmo. Según un estudio realizado en 2013 en la Universidad de Groningen, Países Bajos, usar calcetines puede ayudar a solucionar los problemas de falta de libido en las mujeres. Los investigadores encontraron que el 80% de las participantes fueron capaces de llegar al clímax cuando utilizaban calcetines en comparación con el 50% de las que practicaron sexo descalzas.
No es una nueva moda ni tiene que ver con que los calcetines sean más o menos bonitos y sensuales. Cuando una mujer tiene los pies calientes se calman la amígdala y la corteza prefrontal, las áreas del cerebro responsables de controlar los sentimientos de ansiedad, miedo o alerta ante señales de peligro. “Con el cerebro relajado, es mucho más fácil al orgasmo”, sentencia la experta.
3. Un movimiento sexy
Determinadas posturas sexuales recomendadas para disfrutar de un sexo más intenso y placentero pueden resultar complicadas. No todos tenemos la misma elasticidad ni las condiciones físicas óptimas para andar manteniendo el peso de nuestro cuerpo sobre un solo brazo. Pero hay un truco mucho más sencillo que no requiere de ningún esfuerzo, de hecho incluso hace más cómoda la postura de la mujer en la cama: poner una almohada bajo su espalda.
No se trata de mantener cómodas sus lumbares. Al deslizar un objeto cómodo como un cojín debajo de la espalda, sus caderas se elevarán ligeramente propiciando una penetración mucho más sencilla. Además, facilita los movimientos de la mujer de tal forma que puede cambiar el ángulo buscando el mayor placer para ella y ofreciendo nuevas sensaciones al hombre.
Informe21.com

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