miércoles, 8 de julio de 2015

Las 10 armas de guerra mas estúpidas que se hayan creado


En la guerra no hay reglas. Cuando se alcanza este triste estado de barbarie, cualquier forma de generar daño es viable. Para dejarlo en claro veremos alguna de las armas más excéntricas que la historia nos haya dado... Algunas son simplemente armas curiosas, otras involucran animales vivos... No adelantemos más y veamos en detalle a las 10 armas más raras que el hombre haya concebido. ¡Creer o reventar!

10. Camellos en llamas
Conquistas de Timur - 1398


A finales del siglo XIV, Timur estaba en pleno plan de conquista asiática. En territorio indio se enfrentó al sultán Mahmud Khan, quien disponía de un imponente ejército que incluía a 120 elefantes de guerra. Timur era un general con estrategias poco convencionales, esta no es la expeción: decidió incinerar sus camellos y mandarlos al frente del ataque. Los elefantes, al ver bolas de fuego que se hacían cada vez más grandes, huyeron despavoridos, aplastando y destruyendo todo lo que había en su camino. Las improvisadas bolas de fuego de Timur fueron un rotundo e inexplicable éxito.

9. Perros antitanque
Unión Soviética - Segunda Guerra Mundial

Cuando los tanques nazis hacían estragos en la Rusia occidental, los soviéticos encontraron, o creyeron encontrar, la manera de contrarrestarlos a través del mejor amigo del hombre. Los perros son rápidos, relativamente pequeños y aprenden con increíble facilidad. La idea era entrenar a los cánidos para buscar comida debajo de los tanques, hambriarlos un par de días, colocarles explosivos y luego mandarlos al campo de batalla. Se dice que fueron un éxito, a tal punto que los nazis no pensaban dos veces en liquidar a cual perro se les cruce.

Esta arma también tenía sus desventajas: los perros podían asustarse y volver a las líneas rusas con las bombas listas para estallar. Además, los perros eran entrenados con tanques rusos, los cuales funcionaban con diesel, mientras que los tanques alemanes eran nafteros, un detalle que los rusos dejaron pasar, dado el agudo sentido del olfato que tienen los perros...

8. Murciélagos explosivos
Estados Unidos - Segunda Guerra Mundial

Te prometo que este ranking no está solamente compuesto por animales de guerra, sino hubiésemos hecho un listado únicamente de esa temática, pero da la casualidad que las armas más curiosas y excéntricas que hayan existido coinciden con el abuso y maltrato de animales fascinantes... como los murciélagos. Un número importante de murciélagos en estado de letargo, adozados a bombas de napalm, serían ubicados en una gran jaula metálica que sería soltada por un avión y amortiguada por un paracaídas. A una altura aproximada de 300 metros, los murciélagos comenzarían a calentarse, despertar, replegarse y finalmente anidar en cuál hendidura encuentren en la ciudad objetivo.

Originalmente fueron ideados para incinerar ciudades japonesas, las cuales estaban construídas por elementos que hubiesen facilitado un eventual incendio masivo. Una idea totalmente descabellada, pero sin ninguna duda interesante. Los problemas surgieron en las etapas de prueba, cuando un grupo de murciélagos armados fueron librados en una base militar de Nuevo México. Eventualmente los murciélagos se asentaron bajo un tanque de combustible, ubicado en la misma base militar. Creo que ya te puedes imaginar el final, tanto de los murciélagos como de aquella locación...

7. Schwerer Gustav
Alemania - Segunda Guerra Mundial

Lo bueno viene en envase chico. Claramente, la mente encargada de diseñar este mamotreto no era partidario de esa filosofía. Esta gigante pieza de artillería pesaba algo así como 1350 toneladas, por lo que, como imaginarás, transportarlo involucraba un trabajo descomunal. Además, si bien los proyectiles eran altamente destructivos, solo se podían disparar 14 de ellos al día.

Recargar las municiones también era un trabajo arduo: requería varios hombres y aproximadamente media hora. Sus colosales proyectiles no eran nada precisos, pero no todas eran malas para el viejo Schwerer Gustav (en alemán «El Gran Gustav»), su máximo alcance era bastante impresionante, llegando a los casi 50 kilómetros. No era una buena idea estar detrás del cañón si éste se disparaba: con cada accionar retrocedía algo más de 3 kilómetros...

6. FP-45 Liberator
Estados Unidos - Segunda Guerra Mundial

La idea que tenía EE. UU. con esta arma de bolsillo, de tan solo medio kilo, era producirla en masa y arrojarla por todo Europa, para que la milicia la pueda usar contra los invasores. No contaron con un pequeño detalle: la FP-45 Liberator era una porquería. Su máximo alcance eran nada más que 7 metros... y su capacidad de municiones era la mínima posible. Tenía un sistema de carga tan rudimentario que hacía parecer a la vieja Colt 1941 un arma de ciencia ficción. Para que te hagas una idea, llevaba más tiempo manufacturarla (7 segundos) que recargarla (10 segundos).

La única esperanza que tenías era, en primer lugar, ser lo suficientemente afortunado para eliminar a un alemán de un disparo y luego robarle su arma. Era tan frágil que la gran mayoría de ellas no dejaron huellas una vez terminada la guerra.

5. El Tanque del Zar
Imperio Ruso - Primera Guerra Mundial

A principios del siglo XX, y más precisamente en la Primera Guerra Mundial, los tanques no eran una obra ingenieril muy sofisticada; pero el denominado «Tanque del Zar» era un verdadero insulto a la Ingeniería en sí.

Fue diseñado por cuatro ingenieros rusos en 1914 y un solo año les bastó para darse cuenta que su proyecto era un fracaso. El principal problema de este «tanque» era su inentendible diseño: sus ruedas traseras, de 1.5 metros de diámetro, eran muy propensas a atascarse con lo que se encontraba en el terreno, especialmente en suelos blandos. Las ruedas delanteras, de 8 metros de diámetro, no eran lo suficientemente fuertes para sacarlo de los problemas. Nadie duda de su potencia, pero si ni siquiera se podía mover 2 metros sin atorarse, no creo que durase mucho en el campo de batalla.

4. Gatos explosivos
Estados Unidos - Segunda Guerra Mundial

Una vez más, animales. Esta arma biológica dejará a los camellos, murciélagos o perros como ideas brillantes. La mayoría de los gatos detestan el agua, eso lo sabemos todos. Algunos agentes norteamericanos trabajaron sobre esa premisa y la llevaron al límite: la creación de gatos explosivos.

La idea era largar al mar gatos portadores de bombas; la respuesta instintiva del felino sería saltar sobre los botes y salvarse, aunque eso sería totalmente lo opuesto que le depararía al gato.

La idea tiene falencias por donde se la vea, como por ejemplo: saltar a un bote desde el agua parece factible para una rana, no un gato; los gatos domésticos no son para nada acuáticos, tirarlos al mar con una bomba adosada los dejaría inconscientes o los mataría; ¿y si el gato salta y se detona en el barco donde originalmente saltó? Lógicamente, esta estrambótica y patética arma no prosperó. Los «genios» militares pueden tachar una especie animal dentro de las millones que habitan en nuestro bello planeta...

3. La bomba gay
Estados Unidos - 1994

Tenemos que admitir la originalidad de esta idea. La misma se basa en inducir una revolución sexual en el enemigo al lanzarles una poderosa bomba afrodisíaca. El término «gay» puede generar malentendidos, la idea implica únicamente excitar de gran manera al frente enemigo. Los beneficios que traería que los enemigos se encuentren súbitamente «cachondos» no son para nada claros, ¡o al menos para mí no lo son! Tal vez el efecto haría a los soldados abandonar sus posiciones para hacer quién sabe qué... Sin embargo, la «Bomba Gay», afortunadamente, nunca dio a luz. En primer lugar porque la idea es extravagante en demasía y, en segundo lugar, al día de hoy no poseemos la tecnología para lograr tales efectos.

2. Morteros nucleares
Estados Unidos - Guerra Fría

Pequeñas bombas atómicas. Eso eran estos misiles que, por suerte, tampoco se llegaron a usar contra el enemigo. También llamado David Crocket (igual que el héroe norteamericano), pesaba 23 kilos y tenía el poder destructivo equivalente a 10 o 20 toneladas de TNT. Uno de los inconvenientes de esta arma de destrucción masiva era la gran cantidad de radiación que generaba. Luego de la explosión, la radiación era fatal para todo aquel que estaba al menos a 400 metros e instantáneamente letal si te encontrabas a menos de 150. Este efecto devastador es totalmente razonable para un arma nuclear, lo que no es razonable es que, con toda seguridad, los operadores del David Crocket también se iban a llevar gran parte de la radiación, conviertiéndolo en un arma suicida.

1. Gallinas empollando minas nucleares
Reino Unido - Guerra Fría

Aunque no lo crean, esto fue una historia real. Gallinas empollando minas nucleares fue un proyecto viable ideado por Gran Bretaña en 1958. La idea, que gracias por suerte nunca se terminó de concretar, consistía en enterrar minas nucleares en la región norte de Alemania, frente a una posible invasión soviética por el este.

Blue Peacock, la primera mina, fue desarrollada en invierno. Este tipo de bombas ya tenían componentes electrónicos y si hay algo con lo que la electrónica no congenia es el frío. Buscaron algún mecanismo para permanecer caliente un dispositivo tan delicado como un arma nuclear y los ingenieros, luego de una sobremesa colmada de bebidas, propusieron a las gallinas. Una gallina, con suficiente comida y agua, podría mantener caliente a una bomba durante solo unas semanas, luego la bomba se enfriaría y vaya a saber uno que pasaría después. ¿Y si por alguna razón algún zorro curioso se da una vuelta por allí? Una idea totalmente hilarante. Alemania pudo haber estado al borde de las cenizas si las gallinas hubiesen empollado huevos de plutonio...
Adictamente

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