Muchas caricaturas televisadas nos hicieron crecer con la idea de que los elefantes les tienen miedo a los ratones y que huyen con desespero cuando se encuentran con los roedores. Esto es un mito, pero la realidad definitivamente superó a la ficción. Aún más asombroso que el cuento del ratón es la realidad de un insecto que hace huir despavoridos a los elefantes. Se trata de la abeja.
Sucede que en la piel de los elefantes hay ciertas áreas muy vulnerables que además son extremadamente sensibles. Cuando los paquidermos tienen la mala suerte de toparse con un enjambre de abejas y oyen su zumbido se alejan de inmediato para evitarse el dolor intenso que causan los piquetes.
Lo interesante de este miedo bien fundado es que está siendo utilizado para una buena causa: lograr la armonía entre humanos y elefantes en África y Asia. Sucede que durante años, los humanos se han enfrentado a los elefantes porque estos últimos, empujados por la invasión a sus hábitats naturales, echan a perder cultivos con el paso destructivo de sus manadas. Se han intentado todo tipo de estrategias, pero todo terminaba de algún modo en violencia y muerte para los elefantes y algunas veces para los humanos.
Eso cambió gracias a la brillante idea de la zoóloga Lucy King quien conoce bien el miedo ancestral de los elefantes. Se le ocurrió crear un tipo de cerca biológica que consiste en ubicar en el perímetro de los cultivos una colmena de abejas cada 10 metros. Los beneficios de esta iniciativa son notales. Estas barreras naturales no lastiman a los elefantes, pues los zumbidos los disuaden sin tocarlos. Por otra parte, las abejas contribuyen a la polinización en muchos cultivos y por si fuera poco los granjeros han conseguido otra fuente de ingresos, pues ahora comercializan miel de abejas “amigable con los elefantes.
Esta solución surgió como un proyecto experimental en el año 2009 y hoy es todo un éxito en países como Botswana, Kenya, Tanzania, Mozambique, Uganda y Sri Lanka.
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