miércoles, 1 de abril de 2015

El suelo fértil: clave para el futuro sostenible del planeta


2015 ha sido declarado Año Internacional de los Suelos por las Naciones Unidas
Quizá no sea visualmente asombroso como un bosque verde ni aparezca tan vital como el agua dulce, pero el suelo, pese a su aspecto sencillo, es un recurso natural igual de esencial para sostener la vida en la Tierra.
El suelo proporciona nutrientes, agua y minerales para las plantas y los árboles, almacena carbono y es el hogar de miles de millones de insectos, pequeños animales, bacterias y muchos otros microorganismos.
Sin embargo, la cantidad de suelo fértil en el planeta ha ido disminuyendo a un ritmo alarmante, lo que compromete la capacidad de los agricultores de cultivar alimentos para alimentar a una población mundial que, según las previsiones, debería alcanzar los nueve mil millones  de aquí a 2050.

“En todo el mundo, la presión humana sobre los suelos está llegando al límite crítico”Ronald Vargas, oficial de la Gestión de Tierra y Suelos en la FAO


Siendo uno de los 14 temas enfocados al desarrollo sostenible de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el suelo está entre los ámbitos prioritarias discutidos en la sede de la ONU en Nueva York, donde se están llevando a cabo las negociaciones intergubernamentales para una Agenda de Desarrollo Post-2015. 
Para destacar su importancia, el 2015 como año en que la comunidad internacional acordará un nuevo marco de desarrollo global para sustituir a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), también ha sido declarado Año Internacional de los Suelos por las Naciones Unidas.
Aquí están cinco razones por las qué deberíamos guardar como oro en paño a nuestro recurso natural frecuentemente subestimado.

 

1.      La tierra saludable alimenta al mundo


El suelo es donde comienza la alimentación.Compuesto de minerales, agua, aire y materia orgánica, el suelo proporciona el ciclo de nutrientes primarios para la vida vegetal y animal y actúa como una base para la alimentación, combustibles, fibras y productos médicos, así como para muchos servicios ecosistémicos esenciales.
“La calidad de nuestra alimentación depende mucho de la calidad de nuestro suelo”, destaca Ronald Vargas, oficial de la Gestión de Tierra y Suelos en la FAO. “La degradación del suelo es un proceso silencioso, pero tiene enormes consecuencias para la humanidad. Estudios muestran que alrededor de un tercio de los suelos del planeta se enfrenta a una degradación entre moderada y grave. Junto con el Año Internacional de los Suelos, 2015 pasa a ser un año especialmente importante para el futuro sostenible del planeta con nuevos objetivos globales que vendrán anunciados. La atención y el compromiso dedicados a suelos saludables y vivos, serán aliados cruciales para garantizar la seguridad alimentaria y la nutrición para todos."

 

2.      El suelo, como el petróleo o el gas natural, es un recurso finito


El suelo es un recurso natural no renovable - su pérdida no es recuperable en el marco de tiempo de una vida humana. Un centímetro de suelo puede tardar cientos de miles de años en formarse desde la roca madre, pero este centímetro de suelo puede desaparecer en el plazo de un año a través de la erosión.
Las malas prácticas agrícolas – laboreo intensivo, eliminación de la materia orgánica,  irrigación excesiva utilizando agua de mala calidad y el uso excesivo de fertilizantes, herbicidas y pesticidas - agotan los nutrientes del suelo más rápido de lo que son capaces de formarse, lo que lleva a la pérdida de la fertilidad del suelo y a la degradación de los suelos. Algunos expertos afirman que el número de años de cobertura del suelo restante en el planeta es comparable a las estimaciones de reservas de petróleo y gas natural. Al menos el 16 por ciento de las tierras de África se ha visto afectado por la degradación del suelo. Y, a nivel mundial, 50 mil kilómetros cuadrados de suelo, es decir un área del tamaño de Costa Rica, se van perdiendo cada año, según la *Alianza Mundial por el Suelo.

 

3.      El suelo puede mitigar el cambio climático


El suelo constituye la mayor reserva de carbono orgánico terrestre, más del doble de la cantidad almacenada en la vegetación. Además de ayudar a suministrar agua potable, evitar la desertificación y proporcionar resiliencia a las inundaciones y la sequía, el suelo mitiga el cambio climático a través del secuestro de carbono y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Los suelos del mundo deben formar parte de cualquier programa dedicado a hacer frente al cambio climático, así como a asegurar la seguridad alimentaria e hídrica”, afirma Rattan Lal, Director del Centro para la Gestión y el Secuestro de Carbono de la Universidad Estatal de Ohio. “Creo que ahora existe una concienciación general sobre el carbono en el suelo, una concienciación de que la tierra no es sólo un medio para el crecimiento de las plantas”.

4.      El suelo es un ser vivo, lleno de vida


El suelo alberga la cuarta parte de la diversidad biológica del planeta. Hay literalmente miles de millones de microorganismos tales como bacterias, hongos y protozoos en el suelo, así como miles de insectos, ácaros y gusanos. Hay más organismos en una cucharada de suelo sano que gente en el planeta.
“No fue sino hasta hace poco que hemos empezado a pensar en la biodiversidad del suelo como un recurso que necesitamos conocer”, afirma Diana Wall, Directora científica de la Iniciativa Global sobre la Biodiversidad del Suelo. “Sin los suelos y su biodiversidad, no hay vida humana”.

5.      Invertir en la gestión sostenible de los suelos tiene sentido económico y ambiental


La gestión sostenible del suelo cuesta menos que la rehabilitación o la restauración de las funciones del suelo. En la región de Lempira Sur en Honduras, un proyecto de la FAO desarrolló el “Quesungual slash and mulch agroforestry system” para sustituir el método agrícola ancestral de cultivos de corta y quema, que había dado lugar a la disminución de la humedad y la fertilidad. Como consecuencia, se produjo un aumento de la productividad y de los ingresos de los agricultores de la región. Un proyecto muy diferente, dirigido por la FAO y que se centraba en la tierra, el agua y los recursos biológicos para revertir el proceso de degradación de la tierra en la cuenca del río Kagera, entre Burundi, Ruanda, Uganda y Tanzania, ha mejorado los medios de vida y la seguridad alimentaria de los agricultores alrededor del Lago Victoria. 
“En todo el mundo, la presión humana sobre los suelos está llegando al límite crítico”, añade Vargas . “De acuerdo con los principios establecidos en la Carta Mundial de los Suelos y respaldados por la FAO, la buena gobernanza del suelo requiere acciones en todos los niveles, de los gobiernos a las personas, en la promoción de la gestión sostenible de los suelos.
“Un enfoque sobre los suelos en la Agenda de Desarrollo Post-2015 sería una gran recompensa”.
* Comprometidos con la gestión sostenible del suelo, los miembros de la FAO han creado la Alianza Mundial por el Suelo.
 http://www.i-ambiente.es/

No hay comentarios:

Publicar un comentario