martes, 9 de junio de 2015

DADSS, el avance tecnológico que acabará con los conductores borrachos

Una agencia gubernamental estadounidense, que vela por la seguridad de los conductores, ha presentado un sistema futurista que no dejará a un conductor arrancar su vehículo bajo la influencia del alcohol



Conducir bajo los efectos del alcohol es uno de los principales motivos por los que miles de personas alrededor del mundo pierden la vida cada día al volante. Poco a poco, aunque a un ritmo menor de lo deseable, la gente se está concienciando de la incompatibilidad de la conducción y el consumo de alcohol.

Ahora, la NHTSA, National Highway Traffic Safety Agency, una agencia gubernamental estadounidense, ha presentado un nuevo sistema que acabará para siempre con la posibilidad de conducir bajo los efectos del alcohol. El sistema recibe el nombre de DADSS, Driver Alcohol Detection System for Safety, e impediría a un conductor arrancar su coche si excede de los límites de alcohol en sangre impuestos por la legislación de cada país.

Según la propia agencia, se trata de un sistema que debe reducir el número de fallecidos en la carretera por culpa del alcohol y ayudar a acabar con este tipo de prácticas.

El DADSS tiene un potencial enorme para evitar la conducción bajo los efectos del alcohol en determinados segmentos de la población, incluyendo jóvenes y vehículos comerciales. Facilitar esta opción a los dueños de coches sería proporcionarles una nueva y poderosa herramienta para luchar contra la las muertes que se producen por esta causa.

Cómo funciona el DADSS

Ahora que hemos acabado con los acrónimos complejos, veamos en qué consiste exactamente el sistema desarrollado por esta agencia norteamericana.



Como podéis ver en el vídeo anterior, el DADSS cuenta básicamente con dos sistemas bien diferenciados para detectar el nivel alcohol del conductor.

Alcohol espirado

En primer lugar, incorpora una especie de alcoholímetro pasivo montado sobre el volante o integrado en la puerta del conductor que detectaría el nivel de alcohol en su aliento. Mediante un haz de luz infrarroja dirigida hacia las moléculas de aire espiradas por el conductor, logra diferenciar entre las de dióxido de carbono y las de etanol, ya que cada una de ellas absorbe una cantidad de luz diferente. Según esa relación, puede calcular el nivel de alcohol del conductor.

Alcohol en sangre

En segundo lugar, el botón para el encendido del motor o incluso la palanca de cambios integraría un sensor que analiza el nivel de alcohol en sangre del conductor. Al posar el dedo sobre el sensor, un haz de luz se proyecta sobre la piel del conductor, y mediante espectroscopia infrarroja se puede determinar la cantidad de alcohol en sangre, ya que el etanol absorbe longitudes de onda muy concretas.

Utilizando los dos métodos descritos anteriormente, el sistema es capaz de medir la cantidad de alcohol en sangre en menos de un segundo, y si ésta supera el umbral configurado (en España tenemos un límite de 0,5 g/litro de sangre o 0,25 mg/litro de aire espirado), no dejará al conductor arrancar el coche. Así de sencillo.

Los problemas del DADSS

Obviamente, el sistema no es infalible ni perfecto y nos surgen las primeras dudas de cómo funcionará. Por ejemplo, si sólo se comprueba el nivel de alcohol en sangre del conductor al arrancar el coche, ¿podría alguien que sabe que no va a dar positivo arrancar el motor del vehículo y luego permitir a cualquier otra persona conducir?

En ese caso, cuestiones morales aparte, y sin tener en cuenta que es una muy mala idea darle facilidades una persona bebida para que pueda coger el coche, no parece muy complicado poder hackear el sistema, permitiendo que cualquiera que supere el umbral establecido pueda conducir.

Alcohol y conducción son dos términos totalmente incompatiblesAlcohol y conducción son dos términos totalmente incompatibles / James Palinsad editada con licencia CC 2.0

Por otra parte, y muy relacionado con lo anterior, suponemos que el sistema no comprobará el estado del conductor periódicamente, por lo que si enciende el motor en condiciones óptimas, luego no tendrá problemas con seguir conduciendo aunque continúe bebiendo durante su trayecto.

También hay que apuntar que en ningún caso el sistema sería obligatorio, sino que el usuario podrá decidir instalarlo o no, como cualquier otro accesorio de seguridad. Por lo que parece claro que sólo los conductores que ya de por sí son lo suficientemente responsables para no conducir después de tomar un par de copas, se mostrarían dispuestos a incorporarlo a sus coches. Y el problema principal de la conducción bajo los efectos del alcohol no radica en ellos, sino precisamente en aquellos que más reticentes se mostrarían a su uso.

De todos modos, y sin necesitar de la ayuda de esta tecnología que podría tardar hasta 8 años en comercializarse, recuerda que si bebes no conduzcas.
Malavida.com

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