viernes, 30 de diciembre de 2016

Isco da largas al Madrid

La renovación de Isco está en el horno, pero se va a cocinar a fuego lento. El Madrid y el jugador han tenido los primeros contactos para ampliar un contrato que finaliza el 30 de junio de 2018 y, aunque todo son buenas intenciones por ambas partes, el malagueño quiere esperar a final de temporada para tomar su decisión. Tras sentarse a hablar, no hay problema en la duración (sería hasta 2022) ni con el salario a percibir. Según ha podido saber AS, Isco medita su futuro en base a temas exclusivamente deportivos.

La prioridad y el deseo del malagueño es seguir en el Madrid, pero quiere esperar a ver cuál es su rol en el equipo de aquí a final de temporada. Ahora mismo es el jugador 16º en tiempo de juego con 916 minutos. De los 26 partidos que ha jugado el equipo, Isco participó en 17 (sólo fue baja en dos) y fue titular en 12, jugando sólo dos completos: ante Alavés y Betis. El año pasado acabó muy satisfecho siendo el octavo jugador con más minutos jugados (2.627’) y le preocupa perder importancia en el esquema.
Rotaciones
Hasta la fecha, Zidane no ha podido contar con toda su plantilla nunca y, ahora, cuando se recuperen los lesionados, el jugador quiere comprobar cuál es su estatus dentro de la plantilla y si las rotaciones se mantienen como hasta ahora cuando lleguen los encuentros clave.
Isco sabe que cuenta con la confianza del técnico (siempre defendió su continuidad, pero quiere meditar bien todo). El Mundial de 2018 en Rusia también está en el horizonte y no quiere caerse de la lista de Lopetegui.
El malagueño tiene buen cartel
Isco es un jugador que tiene muy buen cartel. La Juventus lleva tiempo detrás de él y en Italia Milán o Inter podrían lanzarse a su compra si no renueva. En Inglaterra tampoco se olvidan del malagueño. El Tottenham le quiso en los últimos días del pasado mercado veraniego y otros como el Manchester City también han puesto sus ojos en él.
Isco siempre ha dejado clara su prioridad por el Madrid cuando han venido a preguntar por él y, ahora, al posponer su renovación sigue con la misma estrategia. El hecho de esperar a final de temporada para firmar, también le permite ver los movimientos que habrá en el equipo el próximo mercado.
En el apartado de salidas, el caso James puede ser clave en su futuro. Si el colombiano sale, Isco ganaría peso y minutos en el equipo. Siempre y cuando el Madrid no traiga otro mediapunta...
La decisión del TAS cambió la estrategia
La negociación por la renovación de Isco tuvo un punto de inflexión el 20 de diciembre. El TAS permitía fichar al Madrid en el próximo mercado de verano. Es decir, el club se liberó de la imperiosa necesidad de renovar al malagueño a cualquier precio ante la posibilidad de perder un efectivo top de la plantilla sin posibilidad de sustituirle (vino en 2013 por 30 milllones de euros). Pero en el once de este Madrid no hay una demarcación concreta para él.
Con la BBC en plena forma, el centro del campo ideal está formado por Casemiro, Kroos y Modric, tres centrocampistas de un corte diferente al de trequartista, su sitio natural. Zidane es un férreo defensor de Isco. Le ha enganchado para la causa, a diferencia de lo ocurrido con James, al que veían con mejores ojos en la planta noble.
Al francés le gustaría que su renovación fuera inminente. Pero a la vez mantiene el estatus de intocable a la BBC, pese a que uno de los mejores partidos de Isco en el Madrid, el último derbi en el Calderón (0-3), brillara detrás del punta. “Sí, es donde mejor juega. Pero en los siguientes partidos ya veremos”, esgrimía Zidane.
Isco y el Madrid juegan una partida de póker en la que el malagueño valora si le interesa marcarse un Khedira, que en noviembre de 2013 rechazó la propuesta de renovación y aguantó hasta final de la temporada para irse libre a la Juventus. En el extremo opuesto está
Di María, que también declinó la oferta de renovación del club en verano de 2014 y acto seguido fue traspasado al United por 75 millones de euros. Éste es el panorama que maneja la entidad: exponerle al riesgo de un año sin jugar en víspera de Mundial (“Nos preocupaba que Isco no jugara”, decía Lopetegui hace poco) o salir traspasado en verano de 2017...

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