World Wildlife Fund (WWF) ha presentado este jueves el undécimo Informe Planeta Vivo (IPV), que ofrece una visión panorámica del estado del planeta. Un estudio exhaustivo de la salud de la Tierra que nació en el año 1994 y se presenta cada dos años; el último recoge los datos desde el 1970 hasta el 2012.
¿Por qué solo hasta 2012? Porque es el último año en el que se ha podido obtener información unificada y objetiva de todo el mundo. El objetivo de esta organización es concientizar a los gobiernos, individuos y empresas para que puedan tomar decisiones sobre el uso y la protección de los recursos de nuestro planeta.
El estudio divide a las especies analizadas en función de su habitat: terrestre, agua dulce y marino analizando el impacto en estas, todas ellas han visto disminuidas sus poblaciones un 58% desde 1970.
“En 1970 ya empezamos a consumir más de lo que el planeta podía asumir y así llevamos cuarenta años” explica Enrique Segovia, director de conservación de WWF. Si nada cambia- según estimaciones de esta organización- en 2020 habrán caído hasta un 67%. La situación de los animales de agua dulce es especialmente devastadora.
En los últimos 40 años las poblaciones de este grupo han caído un 81%. A mucha distancia, pero también cayendo se encuentran las especies terrestres con una disminución de un 38%. En último lugar están los animales cuya existencia se desarrolla en el medio marino, cuyo número desciende un 36%.
Delfines de río, elefantes y tiburones tanto en las especies de agua dulce como en las terrestres- la mayor amenaza a mucha distancia del resto- es la pérdida y la degradación del hábitat, seguida por la sobreexplotación, el cambio climático, la contaminación, las especies invasoras y las enfermedades.
Un buen ejemplo se encuentra en los elefantes africanos, con 111.000 ejemplares muertos en la última década y que sufren especialmente por la caza furtiva y por la pérdida y fragmentación del hábitat. En agua dulce una de las especies más amenazadas es el delfín de río, que está sufriendo especialmente por la pesca accidental.
La principal amenaza para las especies marinas es en cambio, la sobreexplotación (pesca ilegal en su mayoría). Se estima que un tercio de los tiburones y las rayas están en peligro de extinción debido a la sobrepesca.
En segundo lugar se encuentra la degradación del hábitat. También se ven más afectadas por el cambio climático y la contaminación. En cambio las especies invasoras y las enfermedades tienen mucho menor relevancia.
Tras la pista de casi 4.000 especies para calcular el impacto en los animales de agua dulce, WWF estudia 3.324 poblaciones de 881 especies que habitan en lagos, ríos y humedales. Este grupo ocupa solo el 0,8% de la superficie de la Tierra, pero aún así es el hábitat de casi el 10% de las especies conocidas.
En el caso de los animales terrestres, el IPV tiene en cuenta 4.658 poblaciones de 1.678 especies que habitan en bosques, sabanas, pastizales, desiertos, ciudades y campos agrícolas, en su mayoría modificados por los seres humanos.
El número de especies marinas incluidas en este estudio es de 6.170 poblaciones de 1.353 especies marinas, en las que se incluyen aves, mamíferos, reptiles y peces. Su hábitat son los océanos, mares, arrecifes de coral, manglares y zonas de pesca.
En total la fundación sigue la pista a 3.912 especies repartidas en 14.152 poblaciones en todo el mundo, cuyo deterioro es la prueba evidente- apunta Enrique Segovia- de que “hay que cambiar la tendencia. Es una responsabilidad de los ciudadanos, los gobiernos y las empresas”.
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