Es materia de miles de leyendas: el caballero que marcha cabalgando a las Cruzadas, con la llave del cinturón de castidad de su dama escondido bajo su armadura. Pero es tan real como puedan serlo las historias de Merlín el Mago o del Santo Grial
Como escribe Sara Laskow para la publicación Atlas Obscura:
Según Albrecht Classen, medievalista de la Universidad de Arizona, la mayoría de las referencias de la época son alegóricas, y otras son simples bromas. Su reaparición en el arte del siglo XVI es principalmente a efectos satíricos, y los cinturones representados en museos, como el de la foto de arriba, probablemente fueron hechos realmente sobre el siglo XIX, quizá como chistes (echa un vistazo a los agujeros con linda forma de flor), o posiblemente -presentándolos como reales cinturones de castidad- como objetos fetiches, igual que para la gente de hoy pueden serlo artilugios de la época victoriana.Las referencias en los textos europeos a los cinturones de castidad se remontan siglos, hasta bien entrado el primer milenio dC Sin embargo, hasta la década de 1100, esas referencias están redactadas por los teólogos, como metáforas de la idea de la fidelidad y pureza. Por ejemplo: Una de estas fuentes amonesta a la "virgen honesta" a "mantener el yelmo de la salvación en su parte delantera, la palabra de la verdad en la boca ... el verdadero amor de Dios y al prójimo en el pecho, el cinturón de castidad en el cuerpo ... ".
[Atlas Obscura]
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