lunes, 19 de mayo de 2014

Trucos para despertar la líbido femenina

Le ocurre a casi todas las parejas con el paso del tiempo: el hombre tiene la sensación de que sus ganas por mantener relaciones sexuales son siempre superiores a las de su compañera. Un malentendido que genera mucha confusión en la vida en pareja, pero que puede solucionarse fácilmente si conocemos las técnicas adecuadas. Durante mucho tiempo, y aún hoy en día, se ha dado por hecho que los hombres siempre tienen más ganas de tener sexo que las mujeres. No es cierto. La realidad es que hombres y mujeres tienen las mismas necesidades de mantener relaciones sexuales, y las mismas ganas, pero sus ciclos funcionan de distinta manera. Algo que ha mantenido confundidos a los expertos durante mucho tiempo. 
Según una revisión bibliográfica publicada en el Canadian Medical Association Journal, que analiza un gran número de estudios que se han llevado a cabo desde los años 90 sobre disfunciones sexuales femeninas, ha habido una tendencia reiterada a identificar el deseo sexual como el primer paso que debían dar las mujeres en una relación sexual. Según esta visión del sexo, la ausencia de este deseo podría tratarse como un problema. Una disfunción que, según numerosas encuestas, sufren en torno a un tercio de todas las mujeres de entre 18 y 59 años. Pero, ¿es la ausencia de deseo una verdadera disfunción o algo que debería considerarse normal?
Muchas mujeres no experimentan el deseo sexual en el inicio del intercambio, sino que aparece más tarde, porque se busca conscientementeLa realidad es que, según la doctora Rosemary Basson, investigadora del Centro de Medicina Sexual de Vancouver (Canadá), y autora de la revisión, el deseo sexual no tiene que estar presente para que las mujeres quieran, y puedan, mantener relaciones sexuales y, de hecho, en parejas de larga duración, no siempre se da en el inicio del intercambio amoroso. La libido femenina aumenta con el tiempo y las mujeres alcanzan la madurez sexual hacia los 35 años, pero el deseo, no obstante, se ve afectado por la propia rutina de una relación amorosa. Tal como explicaron las sexólogas Sarah Murray y Robin Milhausen, de la Universidad de Ontario (Canadá), en un estudio publicado en la revista Sex & Marital Therapy“cuanto más tiempo pasa una mujer en una relación, menos deseo sexual siente”.
Esto no quiere decir que no quieran mantener relaciones sexuales, pero tienen motivaciones distintas para hacerlo. Razones complejas que no responden al mero “deseo”. En muchos casos las mujeres buscan fomentar la intimidad emocional con su pareja o, en ocasiones, incrementar su propia autoestima. El deseo sexual, por tanto, no está presente en el inicio del intercambio sexual, sino que aparece más tarde, porque se busca conscientemente. Esto es clave para entender porque las mujeres no siempre parecen tan receptivas como el hombre respecto al acto sexual. La buena noticia es que se puede trabajar la aparición de ese deseo, y con la estimulación adecuada, la excitación sexual y el placer se intensifican. Y las relaciones son más satisfactorias.
Consejos para despertar el deseo en las mujeres
La sexóloga estadounidense Laurie Watson publicará la semana que viene su nuevo libro, Wanting Sex Again, en el que explica, tal como aparece en su portada, como “reedescubruir el deseo y arreglar un matrimonio sin sexo”. En él aporta una serie de consejos para despertar la libido de las mujeres, que pueden ser útiles para cualquier tipo de pareja que busque incrementar su frecuencia sexual.
1. Lee, imagina y planifica
Roberto Sanz, sexólogo de la Fundación Sexpol, explicaba en un reciente reportaje que el sexo no tiene porque ser siempre espontáneo, algo que, de hecho, es muy difícil de lograr más allá de los primeros meses de noviazgo. La realidad, explicaba Sanz, es que “el ser humano ha adoptado toda su vida unos ritmos y unos rituales y el sexo se puede organizar de la misma forma que las comidas”. En definitiva, el deseo se puede provocar conscientemente, planificando los momentos en los que se quiere tener relaciones sexuales –apagando la tele para, por ejemplo, preparar una cena romántica–, probando nuevas experiencias –¿por qué no hacerlo en la cocina?–, y, en definitiva, estando abiertos a nuevos consejos.
2. Trabaja los preliminares
Como apunta Basson en su estudio, muchas mujeres dan cabida a las relaciones sexuales sin tener un verdadero deseo, pero si las cosas se hacen bien, este acaba apareciendo. A muchos hombres les cuesta aceptar que sus mujeres hagan el amor solo por complacerles, pero eso es una verdad a medias: aunque parezca contradictorio, el hecho de que muchas mujeres no sientan deseo al comenzar un intercurso sexual no significa que no quieran tenerlo, sino todo lo contrario. ¿Por qué no enfocar nuestros esfuerzos en que el deseo acabe apareciendo? Esto se logra alargando los preliminares, siendo cariñoso y retrasando el momento del coito hasta que la mujer esté realmente excitada. Si se hace bien, Watson asegura que “el sexo puede acabar siendo salvaje y apasionado”, pues cuanto mayor es la excitación a la que se llega, más placentero es el orgasmo.
3. Muestra satisfacción y apuesta por lo que le gusta
Con los estímulos táctiles y eróticos la mujer empieza a centrarse en el sexo. Si en el pasado inmediato las relaciones han sido placenteras, entonces empezará a tener sentimientos positivos. Pero si no, le será más complicado disfrutar del sexo. Es por ello que debemos tratar de mostrarnos siempre optimistas en nuestras relaciones, mostrando satisfacción y agradecimiento, lo que hará que los siguientes coitos funcionen mejor. En definitiva, tal como explica Watson, “la mujer sentirá que el esfuerzo merece la pena”. Esto incluye fomentar las prácticas que funcionan y evitar las que no lo han hecho. Y esto varía en cada pareja.
4. Elige un buen momento
Las mujeres no pueden concentrarse en el sexo si tienen algún problema de índole emocional con su pareja. Después de una pelea, por ejemplo, no tiene ningún sentido hacer el amor, pues aunque la mujer quiera mantener relaciones sexuales su conexión emocional va a pasar factura al acto en sí. En definitiva, la pareja tiene que estar en un momento emocionalmente estable para poder hacer el amor. Y esto no se soluciona con sexo. Si has tenido una pelea, mejor intentarlo en otro momento.
5. El orgasmo no siempre debe ser la meta
Para un hombre una relación sexual satisfactoria pasa por alcanzar el orgasmo pero, según Watson, no siempre es así para las mujeres. A ellas, en muchas ocasiones, les basta con experimentar el intercurso, en el que sienten un gran placer. Paradójicamente, este es un problema sobre todo para los hombres, que sienten una gran frustración si no logran que su pareja alcance el orgasmo. Es cierto que no tener nunca orgasmos es un problema, pero si ocurre de vez en cuando no hay que darle mayor importancia. En muchas ocasiones, las mujeres, simplemente, ni lo buscan, ni lo necesitan. 
Fuente:Elconfidencial.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario