Aunque nos duela, a veces es mejor no seguir siendo amigo de nuestro ex.
Cuando se da por finalizada una relación amorosa, por las razones que sean, ambas partes pasan por un necesario periodo de duelo; pero tarde o temprano (a veces en cuestión de días), uno de los dos, o ambos, trata de retomar el contacto.
“Te sigo queriendo como amigo” es una frase tan manida como real.Después de compartir tanto tiempo con una persona pocos están dispuestos a romper la relación por completo, pero si la transición entre el amor y la amistad no se realiza correctamente podemos crear una enorme cantidad de sufrimiento del todo innecesario.
Por desgracia, las investigaciones psicológicas sugieren que las exparejas tienen por lo general relaciones de amistad de peor calidad que los amigos de sexos opuestos que nunca han salido juntos. Y esto es especialmente cierto cuando el noviazgo ha finalizado de forma traumática o la ruptura no ha sido mutua.
Todo esto no quiere decir que las exparejas no puedan tener una relación de amistad satisfactoria, sobre todo si ha pasado el tiempo suficiente desde la ruptura y ésta no interfiere en los noviazgos actuales, pero desde luego ninguna relación con un ex funcionará si está guiada por ciertos motivos que nada tienen que ver con que de verdad queramos ser amigos. Según ha explicado la doctora Juliana Breines, especialista en relaciones sociales de la Brandeis University, en su blog In Love and War, hay diez razones por las que tratamos de ser amigos de nuestro ex que nunca deberíamos seguir.
1. Tenéis los mismos amigos
Muchas parejas continúan fingiendo una débil e insana relación de amistad sencillamente porque comparten los mismos amigos y ninguno está dispuesto a renunciar a ellos. Ni falta que hace. Pero si las cosas no se han arreglado,que sigas viendo a tu ex sólo porque tenéis el mismo grupo de amigos empeorará las cosas. Tienes derecho a pasar tiempo con tus amigos sin que esté presente tu expareja, y también a rechazar determinados planes sólo porque esté ella. Esto no quiera decir que no puedas coincidir con tu ex, pero si la situación es tensa es mejor para ambos realizar planes separados.
2. Te sientes mal por ella
Si tú provocaste la ruptura y tu ex lo está llevando mal, lo más probable es que no quieras hacerle más daño, pero darle falsas esperanzas sólo para que tú no te sientas mal es lo peor que puedes hacer. Las exparejas deben buscar consuelo en su familia y sus amigos, nunca en su antiguo compañero. Esto sólo empeorará las cosas.
3. Quieres mantenerla bajo control
Aunque el amor haya finalizado, la mayoría de nosotros nos sentimos mal al ver que nuestro ex ha encontrado la felicidad en compañía de otra persona. Y muchas veces continuamos siendo amigos de nuestra expareja sólo para que esto no ocurra o, si ocurre, al menos enterarnos. Se trata de un comportamiento muy normal, pero no por ello menos patológico (y algo sádico). Según un estudio realizado por Men´s Health entre 3.000 personas, el 85% admite haber cotilleado al menos una vez el Facebook de su expareja para ver qué estaba haciendo y un 17% admitía revisarlo todas las semanas.Este comportamiento sólo hace que se incremente tu ansiedad y tus celos. Y no lleva a nada positivo.
4. Te sientes solo
Tras una ruptura puedes sentir un enorme agujero en tu vida social, máxime si hacías demasiada vida con tu pareja y, debido a ello, perdiste el contacto con algunas amistades (¡error!). Pero llamar a tu ex para que vea una película contigo sólo porque no tienes a nadie más que te acompañe hará que se enquiste la situación y te impedirá conocer gente nueva. Además, si ambos estáis en una situación similar podéis entrar en una espiral peligrosísima, rompiendo y juntándoos constantemente. Si te sientes solo acude a tu familia y amigos, son tu mejor recurso tras una ruptura.
5. Tienes envidia
Si después de una ruptura comienzas una relación que no te acaba de convencer es muy probable que sientas interés por retomar la relación con tu ex, pues te parece mejor lo que tenías antes que lo que tienes ahora. Es fácil ver con buenos ojos a la persona con la que no estás, pues recuerdas bien sus virtudes, pero no sufres sus defectos. Pero entrar en esta dinámica es una trampa muy peligrosa, que puede hacer mucho daño a tu pareja actual, a la anterior y a ti mismo. Si tu relación actual no pasa por el mejor momento, trata de resolverlo con ella, pero ni se te ocurra mezclar a tu ex en la ecuación. Por desgracia, es un cóctel explosivo muy habitual y de nefastas consecuencias.
6. Esperas que algún día tu ex cambie
Quizás rompiste con tu pareja de entonces no porque ya no te gustara, o no le quisieras, sino porque fue infiel, tenía problemas con el alcohol o incurría en algún problema de convivencia grave. Y, aunque fuiste tú el que dio por finalizada la relación, sigues pensando que algún día la persona cambiará y podréis volver a estar juntos. Si piensas esto, es lógico que quieras seguir manteniendo una relación de amistad, para estar al tanto de sus progresos e, incluso, seguir intentando que cambie. El problema es que, si tu ex se da cuenta de tus intenciones, puede engañarte haciendo ver que ha cambiado cuando en realidad ni ha hecho progresos ni planea hacerlos. Y en ese caso seguir manteniendo la amistad sólo generará más dolor para ambos.
7. Quieres mantenerla en la recámara
Aunque rompiste con tu ex en busca de alguien mejor puedes tratar de mantener su amistad sólo para tenerle en la recamara, por si tus futuras relaciones no funcionan o tus artes amatorias dan menos frutos de lo que esperabas. Este comportamiento, además de ser asquerosamente cínico y ser injusto para tu ex, puede volverse en tu contra. A veces, para abrir una nueva puerta tienes que cerrar otra, y este tipo de comportamientos pueden impedir que te enamores de nuevo.
8. Tu ex no acepta un “no” por respuesta
Quizás no tienes ninguna intención de ser amigo de tu ex, pero como él se empeña, acabas cediendo. Pero esto sólo empeorará las cosas. Si no quieres ver a tu expareja, por la razón que sea, házselo saber, aunque le duela, lo contrario os hará daño a ambos. Si ella sigue sin entender que no quieres verle, y empieza a incurrir en comportamientos cercanos al acoso, busca ayuda en tu familia y amigos, y si la cosa se pone fea, acude a las autoridades. La ira, los celos, la obsesión, y la necesidad de control preceden al acoso: ten mucho cuidado si tu expareja se comporta de este modo. Y aléjate de ella.
9. Te sigue queriendo
Si tu ex sigue enamorada de ti, y tu no siente lo mismo, lo mejor que puedes hacer es marcar distancias. Seguir siendo amigos sólo hará que ambos lo paséis peor. Pasar tiempo con tu ex puede hacer que te sientas bien contigo mismo (a todos nos gusta ser queridos), pero podría ser muy doloroso y confuso para ella, sobre todo si se les da falsas esperanzas. Aunque le hayas dejado claro que sólo quieres ser su amigo, esto puede no quedar claro para tu ex. Como asegura Breines, “la gente ve lo que quiere ver”.
10. Le sigues queriendo
Seguir enamorado de tu ex y esperar secretamente que vuelva contigo es una de las principales razones por las que puedes querer conservar su amistad, pero es también una de las más peligrosas. Si no quiere estar contigo es muy difícil que cambie de mentalidad, y si sigues persiguiendo su amor te harás mucho daño.
Fuente: ElConfidencial.com
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