viernes, 25 de abril de 2014

Dime cómo comes....y te diré cómo eres en la cama


La pequeña pantalla se llena de programas con la cocina como protagonista, la gastronomía nos vuelve locos. Pero, tanto interés por lo que engullimos hace que nos asalte la duda, ¿tiene alguna relación la comida con la forma de comportarnos en la cama? Más allá del estudio de los alimentos afrodisíacos, y su cuestionada eficacia, hay quiénes han estudiado la forma de comer de los hombres y lo han relacionado con sus habilidades amatorias. Lo descubre Alicia Misrahi en su libro 'Sé mala en la cama' (editado por Océano); en este libro recoge los los estudios del psicólogo Maurice Yaffe, autor entre otras obras de La felicidad sexual.
Según plantea Yaffe cuando tengamos una cita con un hombre debemos fijarnos en su forma de enfrentarse al plato, de esa manera sabremos lo que nos espera en la intimidad. Siguiendo esta pauta, el psicólogo distinguió cuatro diferentes tipos de degustadores:
1. Los que comen pausadamente y disfrutando de la comida. En la cama se comportan de la misma forma sin prisas, delicados y muy entregados a la causa. Es decir, una apuesta segura; no hay que dejar que se escape de nuestro lado.
2. Lentos pero que les da igual comer un plato preparado que una exquisitez.¡Alarma! Estos hombres suelen tener problemas entre las sábanas porque están poco interesados por el sexo.
3.Aquellos que devoran de los placeres gastronómicos pero lo hacen a la velocidad del rayo. En el terreno sexual se muestran dominantes; son ideales compañeros de juegos para las chicas tranquilas y para aquellas que prefieren que las guíen.
4. Los que comen rápido sin importarles lo que tienen dentro del plato. En esta categoría todo se complica porque, esta actitud, puede responder a estas distintas tipologías:
- Los que no tienen interés por el sexo (Consejo: ¡huir sin mirar atrás!)
- Aquellos que copulan de forma mecánica porque no les gusta involucrarse emocionalmente.
- Presexuales. Tienen algún problemilla con las relaciones íntimas, incluso puedes ser vírgenes, pero con un poquito de paciencia resultan buenos amantes.
- Los que utilizan la comida como sustitutivo del sexo (por su sobrepeso los conoceréis). Con ellos no está todo perdido porque, si inician una relación que les satisfaga, probablemente dejen a un lado la comida basura y se conviertan en buenos amantes.
Tras encontrar esta clasificación dejó de extrañarme el comentario que un día escuché a una mujer en la sala de un cine: "Me encanta ver comer a Brad Pitt en sus películas". Quizás en esos pequeños gestos descubrió esa chica a un gran amante.
Por cierto, que seguro que hay quién se lo pregunte, Yaffe no aclara si esta clasificación sirve también para las mujeres; cada uno que saque sus propias conclusiones al respecto.
Fuente: elmundo.es

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