Paseas por la calle y te cruzas con una persona sin hogar que te pide dinero ¿se lo das? Expertos y organizaciones solidarias coinciden en recomendar que no se les dé dinero "porque recibir pequeñas aportaciones económicas no les hará salir de su situación de precariedad". Por el contrario, piden que se converse con ellos "aunque sea durante cinco minutos" y que se les ayude con donaciones a entidades especializadas o trabajando de voluntario en éstas.
Pero, ojo, los expertos insisten primero en discernir entre las personas sin hogar y las personas que pertenecen a la mendicidad organizada pues "nada tienen que ver" entre ellas, según asegura a europapress.es el presidente de Rais Fundación, Fernando Vidal.La diferencia entre ambos perfiles es la siguiente: las personas sin techo han perdido su hogar por problemas económicos o por situaciones personales (separación matrimonial, familiares directos fallecidos...). Por contra, las personas que reclaman dinero en las calles a través de la mendicidad organizada "han sido expulsadas de sus hogares" por causas distintas a las de las personas sin hogar y pueden pertenecer a estructuras organizadas: "donde hay mendicidad rentable, hay mafia", recalca Vidal.
Por ello, entiende que la mejor forma de saber quién es una persona sin hogar "es hablar con la persona misma" y señala: "las redes de mendicidad no quieren hablar sino aprovecharse de la lástima".
¿CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS SIN HOGAR?
Para la portavoz de la 'Asociación Bokatas', Paz Villanueva, el primer contacto con las personas sin hogar tiene que ser visual: "mirarles a los ojos les reconoce como persona, les diferencia del mobiliario urbano". "Toda persona sin hogar está pasando por un proceso traumático y necesita apoyo, entendimiento, comprensión y no ser juzgada", añade.Después de mirarles, Villanueva aconseja hacerles compañía y conversar con ellos "el poco tiempo que tengas y de temas que no necesariamente tengan que ser profundos", ya que lo que quieren es tener un "trato humano normal".
"Muchos afirman sentirse como fantasmas y piden ser tratados como personas", añade conforme a lo que ha visto desde su experiencia en 'Asociación Bokatas'. Opinión que comparte Vidal al afirmar que existe la característica inmerecida de "invisibilidad" en las personas sin hogar: "aumentan las cifras de 'sin techo' y del número de muertes (esperanza de vida menor de 30 años) pero no se responde por ellos ni tampoco se organizan entre ellos" con lo que, reitera, "no se les ve".
Villanueva también aconseja informar sobre la "situación y ubicación" de las personas sin hogar a ongs y servicios sociales (Samur Social, Emergencias 112, Obervatorio Hatento) en situaciones de emergencia sanitaria (cuando están enfermos, pasan frío o hambruna o están siendo atacados por otras personas). Algo que facilitaría la labor de estos organismos a la hora de ayudarles.
DAR DINERO, ¿DEBER MORAL?
Vidal pide que el enfoque de los gobiernos pase de ser "asistencialista" a "estructural" y para ello, insiste, tiene que haber una "evolución" en las ayudas a personas sin hogar "que vaya del albergue y comedor a la vivienda y el empleo".Por ello, insta a participar en la causa de estas personas con el activismo: "pasar de la pena a la causa y ayudarles desde programas integrales, donar dinero y hacerse socio de una organización". "Dar limosna es lo más caro e ineficaz", reitera el presidente de la Fundación RAIS y añade: "apoyarles con una aportación económica pequeña no garantiza que puedan salir de su situación de precariedad".
Vidal apela al programa pionero de EEUU Housing First y que su fundación está implantando a través de 'Hábitat' en algunas ciudades de España como Madrid, Barcelona y Málaga. Se trata de un "modelo innovador que plantea una forma diferente de afrontar el sinhogarismo: facilitar viviendas accesibles y con carácter permanente a las personas sin hogar".
Este programa enfoca el problema en la falta de vivienda, "elemento clave en la mejora de la situación de las personas". Por ello, subsana primero esta carencia en las personas sin hogar ya que, a partir de ahí, la persona pueden empezar a rehacer su vida de la mejor forma posible.
Además, el coste de la plaza en Hábitat es de 34 euros al día, similar o menor que el de muchos de los recursos existentes, ofreciendo una vivienda estable y una intervención de mayor intensidad.
¿QUÉ HAY QUE HACER CUANDO UNA PERSONA SIN HOGAR ES ATACADA?
Según un informe de 2015 elaborado por el Observatorio de Delitos de Odio contra Personas sin Hogar, el 47 por ciento de los 'sin techo' entrevistados por la entidad han sufrido "algún tipo de agresión, humillación e intimidación" causada por la "intolerancia y el rechazo" que hay por una parte de la sociedad hacia ellos.Además, sólo un 13 por ciento de las personas sin hogar que han sufrido delitos de odio denuncia, según los datos que maneja la organización. Por ello, ante un posible caso de violencia contra personas sin hogar, la organización aconseja aplicar los siguientes pasos:
1. TEN ACTITUD DE ALERTA Y BÚSQUEDA ACTIVA: si tienes alguna sospecha de que una persona sin hogar está siendo atacada, la entidad aconseja: "no tengas miedo a preguntar directamente" y deja claro que las experiencias de intolerancia "no son aceptables".
2. APOYA A LAS VÍCTIMAS: si han sufrido delitos de odio, escúchales y no rebajes importancia a su experiencia. Respeta su "privacidad y confidencialidad" de la información que te han contado. Acepta las decisiones que haya tomado y acompañales en el proceso. Evita las actitudes culpabilizadoras: "las personas sin hogar NO son responsables del comportamiento de los agresores".
3. VALORA EL RIESGO Y LAS PRECAUCIONES NECESARIAS: si la víctima decide denunciar es importante que la denuncia esté lo más detallada posible y que conste que podría tratarse de un 'delito de odio aporofobia' (odio al pobre). Si no tiene recursos y quiere personarse en el juicio puede personarse a través de www.justiciagratuita.es.
En este sentido, el presidente de RAIS Fundación, Fernado Vidal, incide en la "necesidad" de la persona sin hogar en ver cumplido, en su día a día, su "derecho de expresión" a través de la petición de ayuda a los ciudadanos corrientes. Algo que, señala, "no se puede prohibir".
MENDICIDAD CON CHANTAJE O A TRAVÉS DE MAFIAS
Por otro lado, anima a ser "muy cautos" con las personas que, a la hora de mendigar, hacen uso de discapacidades llamativas o exponen alguna mutilación corporal. "El uso de una persona para esos fines es deleznable y a mi juicio no se debe dar dinero casi bajo ningún concepto", afirma tajante Vidal, quien destaca que "es conocido" que existe una red que "usa a estas personas para la mendicidad".Además, apunta a que existen "sospechas fundadas" de que esas personas han sido mutiladas en su infancia para ser utilizadas para la mendicidad, y recalca: "la inmensa parte de lo que se le dé será entregado a quienes les explotan". Por ello, pide a las autoridades que "persigan" estas prácticas que califica de "inaceptables".
Con respecto a las personas que señalan a los conductores dónde hay aparcamientos libres para estacionar, Vidal señala que ese "negocio" acaba creando "mafia o chantaje": "el conductor se ve chantajeado a dar una moneda a riesgo de que le dañen su automóvil", con lo que recomienda no darles dinero.
¿HAY QUE AYUDAR A LOS QUE PIDEN DINERO A CAMBIO DE ALGO?
Según explica Vidal, un músico en el Metro o en la calle o una persona que practica el malabarismo en los semáforos "no es un mendigo ni practica la mendicidad", sino que ofrece "un servicio y te pide que le puedas ayudar a seguir haciéndolo"."Son principalmente músicos o artistas que buscan poder compartir su arte y luchan por hacerlo del modo más digno posible", asevera. Pero añade, lo importante es que las autoridades "salvaguarden" a estas personas para que realicen sus actividades de entretenimiento libres de "presiones que puedan recibir por parte de otros".
RELANZAR PROYECTOS ECONÓMICOS INFORMALES COMO 'LA FAROLA'
En este sentido, Vidal apuesta por relanzar "proyectos económicos informales" (actividad económica legal y comunitariamente organizada) como la llamada 'prensa social'. Esta actividad la realizaban personas sin hogar y consistía en la venta por las calles de un periódico como medio para conseguir dinero. Un modelo que permanece en Reino Unido como 'Big Issue'.Este tipo de 'mendicidad' se hizo hace unos años en España a través de la publicación 'La Farola', pero muchos lo denunciaron como estafa y "acabó quemando la confianza de la ciudadanía en la prensa social".
EuropaPress
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