viernes, 25 de mayo de 2018

Un proceso molecular relaciona el consumo de cannabis con la esquizofrenia



Un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) ha identificado, por primera vez, los mecanismos a escala molecular implicados en el incremento del riesgo de desarrollar esquizofrenia que se produce tras el consumo de cannabis.

En concreto, el equipo de investigadores mostró las alteraciones que se producen en las neuronas de la corteza cerebral de ratones tratados crónicamente con THC, el principal compuesto psicoactivo del cannabis. Esta investigación, publicada en la revista especializada Neuropsychopharmacology, abre vías para generar estrategias de prevención, así como diseñar fármacos y terapias que mejoren la vida de las personas con esquizofrenia.

En este trabajo, liderado por la doctora Leyre Urigüen, quien es miembro del mencionado centro académico vasco, se analizaron los cerebros de ratones a los que se les empezó a administrar THC de forma crónica durante la “adolescencia”, un periodo crítico para el desarrollo de su cerebro.

Estudio de la corteza cerebral
Al estudiar la corteza cerebral de estos ratones, los investigadores del CIBERSAM detectaron alteraciones en el receptor de serotonina 2A, que es el principal responsable de que se produzcan las alucinaciones características de la psicosis y la esquizofrenia. En concreto, estos científicos encontraron que este receptor proalucinógeno ve incrementada su funcionalidad tras el tratamiento crónico con cannabis.
Para Leyre Urigüen, “el objetivo final es identificar la existencia de cambios moleculares similares en personas que consumen cannabis para poder relacionarlos con el riesgo de desarrollo de psicosis o esquizofrenia; y, por otro, generar nuevos fármacos que mejoren la sintomatología de los pacientes con esquizofrenia”.

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