El árbol de manzanillo de playa (Hippomane mancinella) podría afectar a cualquiera. Si se roza suavemente con él, su savia le quemará la piel, causando la formación de ampollas.
Si está cerca del manzanillo de playa cuando está lloviendo, y una gota de agua que contiene un poco de su savia rueda sobre su piel, también le quemará. Incluso le puede causar ceguera.
Un solo mordisco de su fruto puede ser fatal. Si este árbol venenoso se quema, el humo también puede dejarlo ciego.
Se podría decir que está bien protegido de cualquier cosa que quiera dañarlo, o que su propósito es atormentar a todos los seres vivos.
Tiene un récord mundial Guinness por ser el árbol más peligroso del mundo. Si usted está en los Everglades de la Florida, y en el Pacífico de Panamá o la costa caribeña, tenga cuidado.
Vea lo que le pasó a Adam Anderson cuando se encontró con este árbol asesino en Antigua.
“Mis ojos arden y mi boca está en llamas y mis lágrimas son como una salsa picante”, dijo. En una escala de 1 a 10, calificó el dolor causado por su encuentro en 10. “No me gusta”.
María una lectora de Chile contó que comió por error un manzanillo de playa cuando visitó por primera vez Corona a 100 kilómetros al norte de la ciudad de Panamá, en el Pacífico.
Después de un largo paseo por la playa sufrió el encuentro. “Tenía tanta hambre y como la playa estaba llena de estos árboles me comí unas tres o cuatro frutas similares a una pequeña manzanilla verde. Mi hija que estaba conmigo, solo el mordisco de una”.
“Los troncos de estos árboles eran muy particulares, y quedaban en contacto con las olas del mar en la marea alta, casi sumergidos. Los árboles estaban llenos de frutos, y no me di cuenta que no tenían insectos, una buena señal de que son venenosos”, continuó en su relato.
“El efecto tardó solo unos minutos. El ardor en el estómago se hacía muy fuerte, y el agotamiento era general. 15 minutos más tarde llegamos al hotel y me informaron que podía causar la muerte. Según el lugareño no había antídoto”.
En el hotel no había ninguna persona a cargo en el momento, aparte del personal de aseo.
“No habiendo médico y con un efecto tan rápido, al no saber qué hacer pedí la botella de algún alcohol del bar, el más fuerte, pensando que quizás eso ayudaba a expulsar los trozos por la boca o lo neutralizaba. Ambas lo tomamos a la fuerza y dio buen efecto. Una hora más tarde, después de dormirnos con una intensa fiebre despertamos en mejor estado”.
Manzanillo de playa, “fue un susto muy grande, nunca más”, dijo María.
LaGranÉpoca
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