lunes, 21 de marzo de 2016

Por qué no puedes evitar leer tu horóscopo (aunque no creas en él)

Por qué no puedes evitar leer tu horóscopo (aunque no creas en él)
Aunque no creas en él y la alineación de los astros y las fases lunares te den absolutamente igual. No lo puedes evitar: cuando ves el horóscopo, te rindes, te entregas a él, y lo lees. Será por simple curiosidad, por superstición, por costumbre o por matar el tiempo... pero lo lees enterito.
Casi nadie lo confiesa, pero mucha gente sigue consultándolo. Esta suerte de previsión astral mantiene un éxito insospechado a través de los años, como si nunca pasara de moda. ¿Por qué no nos cansamos de leer el horóscopo? ¿Por qué no podemos evitarlo, aunque ni siquiera nos lo creamos?:
-Amor, dinero y salud
Da igual que seas Tauro, Géminis o Sagitario. La clave del éxito es que el horóscopo, más que hablar de astrología, habla de temas de interés universal como el amor y el dinero. Siempre en términos generales y subjetivos.
El filósofo alemán Theodor Adornoestudió a conciencia en los años 50 el de Los Angeles Times. Según Adorno, la alineación planetaria apenas aparece en sus consejos (si es que se cita) y su baza es decir obviedades basadas en el sentido común. De ahí que las sujerencias y las advertencias sean siempre blancas, sin mayores riesgos, y centradas en la cotidianeidad (familia, trabajo...).
-Pereza mental
Para Adorno, estos oráculos zodiacales anulan la capacidad crítica de las personas: "La gente da por sentada la astrología, de manera similar a la psiquiatría, los conciertos sinfónicos o los partidos políticos; los aceptan porque existen, sin mucha reflexión". Es decir, el horóscopo se aprovecha de esa pereza mental que nos lleva a leerlo. Se trata de reflexiones muy simplonas, digeribles sin mayor esfuerzo por nuestra parte.
-Autoayuda
Si partimos de la tesis de Adorno, descubrimos que el horóscopo es una suerte de libro de autoayuda reducido a los distintos signos de zodiaco. Revisemos lo que dice el horóspoco de ABC.es sobre Tauro:
"Taurano, para ti el trabajo es sagrado y hay que respetarlo. Jamás mezclas familia ni amistad con ello (...) El terreno laboral últimamente está muy pausado. Quizás te decidas a hacer un curso de risoterapia o de alguna terapia alternativa. Contémplalo, no sería nada raro. Medita cada día en casa".
Efectivamente, esas líneas podrían estar en algún manual de autoayuda de cualquier gurú emocional.
-Su inocuidad
Nunca advierten de grandes peligros. Para el horóscopo la vida es un sendero de paz, sólo alterado por leves baches como un resfriado.
-Su condescendencia
El horóscopo jamás alarma y siempre te dice que eres capaz de superarte a ti mismo y a las adversidades. Individualiza cualquier problema universal (estrés en el trabajo, desempleo...) y te dora la píldora. Un par de consejos obvios ("Leo, el desorden y el caos imperan en tu vida. No puedes seguir así") aliñados con animosa condescendencia ("Está muy bien tu creatividad, es muy loable pero ser un creativo no implica lo que tú haces").
-Su presencia en la prensa
Según el sociólogo Pablo Francescutti, el horóscopo ha ganado la batalla en los medios de comunicación, frente a otros contenidos verdaderamente científicos:
"Tan firme se muestra esta apuesta editorial que, hace unos años, un amigo profetizó que, antes que suprimir los horóscopos, los editores preferirían quitar los suplementos de ciencia. Hasta el momento su profecía se viene cumpliendo a rajatabla. Si bien en algunas ediciones en papel los oráculos zodiacales han desaparecido, en conjunto han ganado espacio en los diarios digitales".
-Da igual el nivel cultural
Según Francescutti, la gran excusa de los medios es que "a lectores les gusta". El sociólogo señala que "ya en los años 80 una encuesta francesa advertía que la astrología tiene más seguidores entre personas con estudios medios o superiores que entre quienes tenían apenas el graduado escolar". Conclusión: se tiende a creer que las pseudociencias son fruto de la ignorancia pero, visto lo visto, tener más educación no te libra de creer en supersticiones ni en estos oráculos astrales.
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