domingo, 29 de mayo de 2016

5 proyectos militares que fueron como tirar el dinero a la basura


En esta lista de los peores proyectos militares nos encontramos ejemplos de lo que ocurre cuando inviertes millones en una idea sin base.
Todo el mundo está de acuerdo en que innovar cuesta dinero, pero una cosa es eso, y otra tirar el dinero de los contribuyentes en ideas que parecen salidas de la mente de un niño.
Entre eso, y la cantidad de veces en las que el amiguismo ha tenido más importancia que otros aspectos a la hora de asignar proyectos, es normal que este sector tenga tan mala fama (aparte de que usan estas innovaciones para matar gente, claro).
Ojo, en algunos casos suena la flauta y consiguen crear sistemas, aparatos y vehículos muy avanzados, aunque no siempre a la primera. A continuación vamos a repasar algunos de esos casos en los que los militares hicieron el ridículo con una inversión que en teoría iba a ser revolucionaria.

F-35, el caza que cada semana tiene un problema diferente


El Lockheed Martin F-35 es probablemente, el mayor desastre de la historia de la aviación militar estadounidense. Aunque el coste total del proyecto asciende a los 1.500 billones de dólares (sí, 1 millón y medio de millones de dólares), aún no ha sido posible conseguir una versión que no tenga problemas.
La lista de fallos del F-35 es tan larga que no podemos ponerla aquí entera, pero aquí tienes algunas de las críticas que ha recibido:
  • El sistema de radar tiene tendencia a fallar, mostrando mensajes de error al piloto. ¿La solución? Reiniciar el sistema de radar cada vez que esto ocurre. Justo lo que quieres hacer cuando estás luchando contra cazas enemigos.
  • Todavía no es capaz de disparar su cañón de 25 mm. El software necesario para controlar el arma no será terminado hasta el 2019.
  • No pasa nada, porque su cañón es peso muerto. Nadie tiene claro porqué lo tiene, más que para aumentar el precio final. Es pesado y no tiene utilidad real en combate, como apuntan varios especialistas en combate aéreo.
  • El F-35 no sabe cuándo va demasiado rápido por culpa de un bug en su sistema de vuelo, lo que puede acabar con el avión estrellado.
  • El asiento eyectable del F-35 puede matar o dejar parapléjico al piloto. La eyección es tan rápida que puede provocar daños en la espina dorsal y en la nuca.
  • El nuevo casco del F-35 aumenta el riesgo de daños en el cuello debido a un peso mayor respecto a otros cascos. Es tan grande que el piloto no puede mover la cabeza. Además, cuesta cuatro veces más gracias a las funcionalidades de realidad aumentada incorporadas.


  • Aunque inicialmente se dijo que el F-35 iba a ser el caza más ágil y letal de la historia, con el tiempo el discurso cambió y ahora es “mas o menos” igual de bueno que el F-16, el caza que sustituye.
  • El software que controla el armamento y el sistema de vuelo está lleno de bugs que hacen el avión completamente inservible.

El primer submarino que hundió un barco acaba matando a su creador



La Guerra Civil estadounidense fue el primer conflicto bélico en el que se usaron submarinos, pero estos no se parecían mucho a los de ahora. Eranpequeños ataúdes de hierro que funcionaban con el pedaleo de los pobres marineros que habían sido elegidos para la tarea, que tenían que completar antes de que se les terminase el aire que tenían.
Como no había torpedos ni nada parecido, la idea era que estos submarinos rudimentarios llevasen explosivos atados a un mástil, que pegaban al barco sin que nadie se diese cuenta, y activaban cuando estaban a una distancia de seguridad.
La realidad fue muy distinta, y el mero hecho de navegar hasta el barco enemigo demostró ser una tarea casi imposible. Dos de los tres posibles diseños de submarino se perdieron incluso antes de entrar en servicio, y sólo quedó el CSS H.L. Hunley.

El primer intento se cobró las vidas de cinco marineros, la mitad de la tripulación, cuando iniciaron la operación de sumersión con las escotillas aún abiertas.
La segunda tragedia fue incluso peor; como el skipper, el ayudante de cubierta, estaba de permiso, Horace Lawson Hunley, el propio creador del submarino, decidió sustituirlo a los mandos y realizar una segunda prueba. Nunca volvió a superficie.
A la tercera va la vencida, ¿verdad? Más o menos. Fue en febrero de 1864 que un submarino consiguió hundir un barco, por primera vez en la Historia. La tripulación del Hunley hizo realidad el sueño de su creador, ejecutando a la perfección el plan y hundiendo el  USS Housatonic; llegaron a emitir una luz azul que indicaba su vuelta a la base, pero en algún momento de este caos, el submarino se hundió por causas desconocidas.


¿Fue el Hunley un éxito? Bueno, hundió un barco, y eso es más de lo que pueden decir otros ejemplos de nuestra lista, pero la verdad es que el impacto de los submarinos en la Guerra Civil estadounidense fue mínimo, y no fue hasta muchos años después que su uso fue más común.

“¿Y si ponemos un muro en toda la costa atlántica?”



Si crees que la idea de Donald Trump de poner un muro en la frontera de México y EEUU es ridícula, espera a leer sobre el Muro Atlántico, la idea que tuvieron los nazis.
En 1942 fue evidente que Alemania tendría que enfrentarse a dos frentes al mismo tiempo, después de que EEUU decidiese meterse en la guerra contra el eje por el ataque a Pearl Harbor. Era evidente hasta para Hitler, que ordenó la protección completa de la costa atlántica en previsión de una posible invasión de los aliados.



Este fue uno de los proyectos más grandes ejecutados por Alemania; usando hormigón, acero y hasta madera, los puertos se fortificaron, las playas se llenaron de búnqueres y cañones, y en apenas dos años el paisaje de la línea costera desde el norte de España hasta Noruega cambió completamente.
El muro atlántico fue construido por obra de mano esclava, especialmente en la costa francesa, donde se creía que iba a empezar la invasión aliada, y donde 600.000 trabajadores franceses fueron obligados a construir 15.000 fortificaciones, que serían ocupadas por un cuarto de millón de alemanes y desertores.

Una obra espectacular, pero de eficiencia dudosa, y eso lo sabían hasta en Alemania, con el famoso general Erwin Rommel catalogando el muro como “una farsa”. Alemania estaba gastando recursos a lo loco en un proyecto que no tenía utilidad real, y quedó más claro en las Islas del Canal que en ningún otro sitio.
Este conjunto de islas del Canal de la Mancha eran oficialmente dependientes del gobierno británico, por lo que para Hitler tenían un gran valor psicológico y de propaganda. Así que decidió que una duodécima parte del acero dedicado al muro atlántico debía ser gastado en estas pequeñas islas, convirtiéndolas en la zona más fuertemente protegida de todo el territorio alemán.


Claro, que como las islas no tenían valor estratégico alguno, los aliados simplemente las pasaron de largo cuando invadieron las playas de Normandía el 6 de junio de 1944. El muro atlántico resistió menos de un día, y para cuando los aliados se volvieron a las Islas del Canal (casi un año después), los soldados dispuestos allí prefirieron rendirse.

“¿Y si ponemos misiles listos para ser lanzados en todo el país?”



Corría la Guerra Fría, cuando a los altos mandos de EEUU se les ocurrió una gran idea para detener posibles bombardeos nucleares procedentes de la Unión Soviética: llenar todo el país de misiles, listos para ser lanzados en cualquier momento.


Así nació el Proyecto Nike, en honor a la diosa de la victoria griega. Grandes instalaciones de lanzamiento fueron construidas en la mayoría de los estados, y algunas podían lanzar dos o tres misiles al mismo tiempo. No importa por dónde entrasen los aviones bombarderos, serían cazados al instante.


Eso si los bombarderos salían de la URSS, algo que no ocurrió, por supuesto. Los soviéticos eran conscientes de que el uso de bombarderos para lanzar bombas nucleares era ineficiente, y por eso durante este tiempo se habían centrado en el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales que no necesitaban ser transportados por avión, y contra los que los misiles del Proyecto Nike no podían hacer nada.



La diosa de la victoria acabó siendo la diosa del derroche, ya que cada instalación tenía su propio almacén, su propio búnker, y otros edificios de mantenimiento, sin contar con todo el personal necesario, claro. Se calcula que el proyecto costó 20.000 millones de dólares de la época, y no llegó a lanzar ni un sólo misil. Aún hoy en día es posible encontrar estas instalaciones abandonadas, y algunas de ellas pueden suponer un peligro de contaminación.

El barco que se hunde con un soplido



Cuando la marina estadounidense presentó el concepto “Litoral Combat Ship”, lo hizo exactamente con ese objetivo: que si fuese necesario pudiese participar en combates marítimos, especialmente contra piratas y traficantes de drogas.
Lo aclaro porque, aunque “Litoral Combat Ship” es un nombre bastante literal, sus creadores se pensaron que estaban diseñando un tipo de barco para navegar en las tranquilas aguas de un lago. Sólo así se entiende que todos los LCS fabricados sean naves tan poco capaces para el combate.


El casco del barco es tan fino, que el impacto de cualquier misil, por pequeño que sea, acaba con un naufragio seguro. Así que la única alternativa es disparar primero, pero necesitarás muy buena suerte para acertar con sus cañones, porque la nave se mueve tanto que es imposible apuntar.


Los LCS son barcos de combate tan malos en lo que hacen, que el propio Pentágono tuvo que admitir que en caso de que un LCS entrase en combate, nadie debería esperar que sobreviviese. Básicamente, invirtieron 37.000 millones de dólares y se gastaron 440 millones de dólares en cada barco y tienen que tratarlos como si fuesen su coche nuevo.

Omicrono

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