Pero la internet profunda es otra cosa, o al menos es mucho más que la leyenda del crimen escondido en el ciberespacio
Básicamente, la ‘deep web’, también denominada como ‘darknet’ o internet oscura son los contenidos de información publicados en la red que no están indexados por los grandes buscadores como Google, Yahoo, Bing o el chino Baidu. Digamos que se trata de los datos que no son ‘compartidos’ por estos motores de búsqueda. Es decir, que hay páginas que no son ofrecidas por estos grandes oráculos. Existen grandes diferencias entre versiones: algunas dicen que la ‘deep web’ supone el 25 % de todo lo que hay en internet, mientras otras fuentes apuntan a que abarca casi el 95 %, lo que dejaría un irrisorio 5 % para el internet superficial, al que todo el mundo accede.
Al margen del aura que habla de terrorismo, pederastia y demás actividades ilegales, la ‘deep web’ permite al usuario básico navegar por internet sin las consecuencias de ser detectado y compartir tus datos de identidad (como la IP). Al mismo tiempo, no aporta seguridad. Un informe publicado por la empresa de seguridad informática Trend Micro revela que el 32 % de las tiendas en la internet profunda venden derivados del cannabis y que puedes comprar por 100 dólares un cuenta robada de Pay Pal y por 5.900 una identidad estadounidense, con pasaporte falso incluido.
Eso sí, es el espacio en el que se mueven ‘hackers’ y disidentes políticos, pero también delincuentes y estafadores. ¿Quién con un poco de sentido común compraría en tiendas ubicadas en la ‘deep web’?
Como ya apuntamos en otro post, es una manera de evitar ser perseguidos por esos insistentes anuncios comerciales (retargeting y remarketing). Pero en el lado negativo, sus navegadores, como TOR (The Onion Rooter) o I2P funcionan mucho más lentos y ofrecen unos resultados de búsqueda mucho más pobres que Google y compañía. Además, muchas de las páginas a las que accedemos a través de TOR restringen sus servicios, ya que exigen la identificación del usuario que se conecta a ellas (vía IP o con otros rastros).
Sin embargo, utilizar navegadores alternativos como Duck Duck Go a través de navegadores como TOR o I2P ofrece la satisfacción de no verse bombardeado por reclamos publicitarios. Para determinados usos, es una experiencia recomendable, siempre que no es espere una velocidad de búsqueda y unos resultados tan satisfactorios como con Yahoo o Bing.
Más allá del mercado negro, la ‘deep web’ es un paraíso para pasar el tiempo, especialmente para los amantes del misterio, de lo oculto y las conspiranoias. Para el resto de los mortales es un tanto decepcionante, a pesar de poder acceder a dudosas ofertas como 50 dólares por ‘hackear’ una cuenta de Twitter, Facebook u otra red social.
LasProvincias
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