Pese a que la depresión es una de los trastornos mentales más comunes en la población mundial, tanto su incidencia como sus tratamientos dependen de una serie de factores biológicos, psicológicos y sociales. Por lo que, dependiendo de los casos, puede ser necesario un tratamiento farmacológico y un proceso psicoterapéutico; un acompañamiento terapéutico y una serie de hacks de la vida diaria; meditación, entre otros… ¿Y eso podría incluir alucinógenos?
Se trata de un pequeño estudio piloto en el que 12 personas notaron una mejoría considerable frente a síntomas de depresión mayor, tales como irritabilidad, ira, aislamiento, fatiga, anhedonia, desesperanza y sensación de abandono, odio a sí mismo, culpa, cambio súbito en el apetito, pensamientos de muerte o suicidio, dificultad para concentrarse y para conciliar el sueño o dormir en exceso. Y aunque estos pacientes no respondieron al tratamiento farmacológico, parece ser que el ingrediente psicoactivo, psilocibina, ayuda a aliviar los síntomas de la depresión siempre y cuando se use junto con terapia psicológica tradicional.
De acuerdo con los investigadores, 10 miligramos de psilocibina durante una semana y 25 miligramos durante dos, junto con terapias psicológicas, redujo significativamente los síntomas de depresión durante las tres semanas de su tratamiento. Incluso, tres meses después, siete de los pacientes continuaron viendo una disminución de los síntomas depresivos. Y de esos siete, cinco estuvieron en remisión, es decir, sus síntomas de depresión mayor no regresaron después de tres meses.
Al realizar una tomografía fMRI en personas con 2 miligramos de psilocibina, la actividad neuronal se mostró más errática, “como si uno manejara sin rumbo alguno a donde se quiera.” Sin embargo, con un mayor análisis al respecto, la droga psicoactiva forma nuevos patrones o ciclos informativos en las neuronas: “El cerebro no se vuelve un sistema caótico después de una inyección de psilocibina, pero adquiere ciertas características organizacionales, diferentes de las que suceden en el estado normal.”
Es decir que la psilocibina crea conexiones neuronales en regiones del cerebro que parecían estar desconectadas, alterando temporalmente el encuadre organizacional del cerebro. Estas nuevas conexiones permiten, de algún modo, facilitar una percepción más intensa de las sensaciones visuales y auditivas. Se cree que la psilocibina podría poseer propiedades antidepresivas sobre la región del cerebro que trabaja la identidad del self –de uno mismo–, disminuyendo la incidencia de pensamientos negativos y creencias irracionales sobre sí mismo a la hora de crear nuevas conexiones neuronales relacionadas con un autoconcepto más apropiado a la realidad.
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