viernes, 3 de junio de 2016

Los gorriones cuya "esposa" les es infiel cuidan menos de las crías



Un nuevo estudio muestra que los machos de gorrión pueden juzgar si su pareja es propensa a la infidelidad, y, si estiman que lo es, pasan entonces a proporcionar menos comida a la prole.

Los gorriones establecen relaciones de pareja que normalmente son monógamas, pero muchas hembras son infieles a su compañero y tienen descendencia con otros machos. Los biólogos creen que los pájaros macho son infieles para asegurarse de engendrar tantos descendientes como puedan, mientas que las hembras lo son con machos de mejor “calidad genética”, aquellos que están más sanos, para así engendrar una descendencia más fuerte.

Sin embargo, engañar tiene un precio: el compañero de la hembra infiel proporcionará menos comida para su nidada. Se sospechaba desde hace mucho tiempo que los machos saben que no todos los polluelos en su nido son suyos, y que así toman la decisión de proporcionar menos comida. Una explicación alternativa es que las hembras infieles y los machos perezosos suelen aparearse de forma natural.

Unos investigadores del Reino Unido, Alemania y Australia han determinado ahora que los machos toman la decisión de cuánta comida proporcionar a sus crías con arreglo a la tendencia de su pareja a la infidelidad. En el estudio se hizo un seguimiento de toda la población de gorriones de la isla de Lundy, en el Canal de Bristol, durante 12 años.

Un gorrión macho en la isla de Lundy incluido en el estudio. (Foto: A. Sanchez-Tojar)


Se constató que los machos cambiaron su comportamiento dependiendo de con qué hembra formaban pareja. Cuando cambiaban de una hembra fiel a otra propensa a la infidelidad, proporcionaban menos comida para su nidada.

La investigación, a cargo del equipo de Julia Schroeder, del Imperial College de Londres en el Reino Unido, indica que los machos no pueden realmente identificar si todos los polluelos en su nido son suyos o no, así que calculan dicho riesgo sobre la base de la conducta de la hembra.

Si se colocaban pollos ajenos en un nido donde la hembra era fiel, entonces el padre en ese nido continuaba su duro trabajo de proporcionar comida a las crías, lo que sugiere que no hay un mecanismo, como el olor, que le permita al macho identificar qué polluelos son suyos. Debe hacer estimaciones de nivel de riesgo basándose en señales del comportamiento de la hembra durante su período fértil, como por ejemplo, el tiempo que se pasa lejos de nido.

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