Cambia de escenario.
Las chicas son diferentes a nosotros. Da igual que les guste mucho el sexo, que estén liberadas o que vayan de modernas. El 90% de las tías necesita un leve contacto - a veces incluso más - antes de llevarse un tío a la cama. Incluso las que se vanaglorian de llevar la iniciativa, llegan a un punto en el que aflojan y dejan la pelota en manos del chico.
Nuestro caso es un poco diferente, nosotros vemos algo bello y queremos estar dentro. No necesitamos que hable, ni que piense, ni que sea de fiar. Da igual que se llame Pepita o Juanita, que tenga 22 o 33 o que estemos en la estación espacial internacional. Es tan simple como esto:si es bonita, haremos todo lo posible por satisfacer el instinto que trae prosperidad a la especie.
Cuando tienes una cita con una chica que te gusta, sabes desde el segundo uno que quieres acostarte con ella. Es una cuestión biológica, no es algo que podamos elegir. A las mujeres les ocurre algo diferente. Quieren sexo, y desde luego les encanta pasárselo bien, pero tienen sus propias reglas. La primera de ellas es que no suelen planear las cosas con la determinación con la que las planeamos nosotros. Nosotros vemos una chica bonita y sabemos lo qué queremos y cómo lo queremos para que nos guste. Ellas no, ellas necesitan que sucedan cosas. No se trata de que un chico sea guapo, necesitan una llamada interior. Cuando confluyen una serie de momentos y situaciones, con la suficiente intimidad, picardía, sonrisas, complicidad etc etc. sucede.
Es repentino y lo tienen claro. Te quieren en su cama.
El macho quiere sexo ya, la hembra suele manifestar que también, pero siempre que "surja" (es decir, en nuestro idioma quiere sexo "luego" y no siempre). Lo definiría así, para que se entienda:
Pensamiento prototípico de un chico: ¿Quién es ésta? ¡Qué bella es! Me gusta ¿Cómo será desnuda? -> Quiero acostarme con ella.
Pensamiento prototípico de una hembra: ¿Quién es éste? -> Dos besos -> Bueno, no está mal -> Habla bien -> Me hace gracia cómo se mueve -> Me está mirando mucho ¿no? -> Sí, puede que sea atractivo -> Me gustaría saber sus gustos... -> Vaya, si en el fondo somos más parecidos de lo que pensaba -> Me toca el brazo, no me disgusta. ¿Significa eso que me gusta este tío? -> No, no puede gustarme este tío. Apenas lo conozco ---> jjaajaj qué gracioso, tiene algo ---> Pues sí, sí que me gusta este hombre -> además parece de fiar -> Qué bien me lo paso -> Esto es sexy -> Definitivamente, este hombre me pone -> Quiero acostarme con él.
¿Qué podemos hacer para acortar los tiempos? Este consejo que os daré a continuación está basado en mi propia experiencia, y no sé por qué sucede. Puedo aventurar teorías, pero no tengo una explicación científica. Lo único que puedo garantizar es que funciona.
Cambia de escenario.
Pongamos que acostarte con una chica bonita que no conoces te lleva un mínimo de X horas (de fiesta pueden ser bastantes menos, pero hablo de citas normales). Hay un momento en que te lo estás pasando bien, incluso percibes que el sentimiento es mutuo, y sin embargo, sientes que de alguna manera necesitas más tiempo. Se masca la tragedia, tú la quieres aquí y ahora, pero seguramente necesitarás volver a quedar. Pues bien, existe una solución, las chicas se sienten más atraídas - o acortas muchísimo el proceso de atracción - si las cambias de sitio cada cierto tiempo. ¿En serio esto funciona? Sí.
Si tú quedas con una chica y ese día le cambias de lugares/escenarios, la chica se fiará más de ti. Quizás sea porque siente que te conoce de hace más tiempo, o porque conecta más contigo, o tal vez es el cerebro humano el que asocia estar con alguien en diferentes escenarios como algo parecido a conocerle mejor. No sé por qué sucede exactamente, pero la cuestión es que funciona, y te puedes acostar con ella con mucha más facilidad.
Aplicaciones prácticas:
Caso 1) Tienes una cita de una tarde. Te la llevas a un sitio con un paisaje bonito, y después tomáis una caña por ahí cerca. A la vuelta, pedís una cañita en otro bar, en el que podáis estar sentados. Después, cambias una última vez y te la llevas a un bar de tranquis que conoces muy bien y en el que sabes que estaréis muy cómodos. Has estado en tres escenarios diferentes, tus posibilidades de copular esa noche se habrán multiplicado.
Caso 2) Habéis quedado para tomar unas cañas un jueves/viernes noche y has pensado tomar tres cervezas con ella; toma la primera con un pincho en un taburete próximo a la barra, la segunda vas a otro bar y en la tercera vuelves a cambiar y vas a uno de esos de estilo irlandés con sillones cómodos. Tienes muchas más posibilidades de follar que si te tomas las tres en el mismo bar.
Tampoco hay que aplicarlo a pies juntillas, si estás muy a gusto en el primer bar y notas un feeling total, o ya os habéis besado, no te apresures por cambiarlo.
Tomároslo así: pillar cacho es como un circuito del mariokart; hay que acelerar cuando toca, trazando con pericia; sortear los obstáculos, evitando las cáscaras de tortuga y lanzando bananas, para tratar de llegar el primero al castillo de la princesa. Pasar por diferentes escenarios o garitos es un objetivo secundario, es como esos checkpoints que dan tiempo extra, no se gana la carrera por ellos... ¡Pero si pillan de paso hay que cogerlos!
CortejoHumano
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