Las dos teorías predominantes para explicar la dirección del tiempo lo hacen a través de las condiciones relativamente uniformes del Big Bang. A medida que el universo comenzó a expandirse y enfriarse, las estrellas, galaxias y planetas se formaron, dando nacimiento a una estructura irregular y elevando su nivel de entropía.
De esta manera, el tiempo se movería hacia adelante debido al contraste en la entropía existente entre el entonces y el ahora, con énfasis en el hecho que el universo futuro será mucho más desordenado que el universo pasado. Este movimiento hacia una mayor entropía le otorga al tiempo su dirección.
La nueva teoría dice que el bajo nivel de entropía en los primeros instantes del universo fue inevitable debido a la gravedad, y fue lo que últimamente le dio su dirección a la flecha del tiempo. Para probar la idea, los investigadores montaron un modelo simple con nada más que 1,000 partículas y la física de la gravedad newtoniana.
Según reporta Lee Billings en Scientific American:
«La complejidad del sistema está en baja cuando todas las partículas se juntan en una densa nube, un estado de tamaño mínimo y uniformidad máxima, aproximadamente análogo del Big Bang. El análisis mostró que cada configuración de partículas, más allá de su número y escala, evolucionará en este estado de baja complejidad. Por ende, pura fuerza de gravedad es la responsable de establecer el nivel de expansión del sistema y el origen de la flecha de tiempo; todo sin ningún ajuste preciso inicial para la condición de baja entropía subyacente».
Pero he aquí el plot twist: La expansión producida en la simulación del Big Bang no ocurrió en una sola dirección, ¡sino en dos! El modelo simple y de laboratorio produjo dos universos, uno espejo del otro. Mientras en uno de ellos el tiempo corría hacia adelante, en el otro corría a la viceversa, al menos desde la perspectiva del otro universo.
Julian Barbour, autor del estudio perteneciente a la Universidad de Oxford, explica:
«Por si no fuera una cuestión lo suficientemente complicada, ambos lados sustentan observadores que percibirían al tiempo en direcciones opuestas. Cada ser inteligente definiría su flecha de tiempo moviéndose lejos de su estado central; por lo que cada uno pensaría que el otro se encuentra en el más remoto y profundo pasado».
Desde esta perspectiva, quizás la saga Star Wars de George Lucas no tuvo lugar «hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana», sino más bien en el lejano futuro —nuestro profundo pasado— del universo espejo…
mysteryplanet.com
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