El mandatario norcoreano Kim Jong-un en la fábrica de Taedonggang, donde se elabora esta bebida - ABC |
Destilado del arroz, el trigo o la cebada, el «soju» es la bebida alcohólica más popular en Corea, tanto en el Sur capitalista como en el Norte comunista. Pero, en su afán por crear una sociedad apartada de los vicios burgueses, el régimen del joven dictador Kim Jong-un asegura haber creado el primer licor que no deja resaca.
Según informa el periódico oficial «Pyongyang Times», se trata de una bebida a base de «ginseng», la famosa raíz coreana con numerosas propiedades medicinales, donde se ha sustituido el azúcar por arroz glutinoso quemado para eliminar así su amargor y, de paso, los consabidos efectos de las borracheras. Elaborado por la Fábrica de Alimentación Taedonggang, el licor Koryo tiene entre un 30 y un 40 por ciento de alcohol e incluye como principal componente «ginseng» de seis años de Kaesong. Enclavada en pleno Paralelo 38, que marca la frontera con el Sur, esta ciudad se enorgullece de cultivar el mejor «ginseng» del mundo.
A tenor de la página web especializada NK News, la bodega que lo ha destilado lleva años mejorando esta nueva bebida, que ha ganado un premio de calidad «por su sabor suave y por no causar resaca». Debido al misterio que envuelve a todas las informaciones que proceden de Corea del Norte, el país más hermético y aislado del mundo, es imposible saber si este hallazgo etílico es cierto o no. Pero, de todas maneras, no es la primera vez que el régimen estalinista de Pyongyang sorprende al mundo con sus peculiares descubrimientos. En el pasado, los medios oficiales norcoreanos anunciaron a bombo y platillo que sus científicos habían desarrollado vacunas que podían curar el Ébola, los síndromes respiratorios MERS y SARS y hasta el sida. Sin embargo, aquellos milagros médicos parecen ahora quedarse cortos ante este nuevo bebercio de «ginseng» a salvo de melopeas.
En caso de ser cierto, el licor Koryo de Corea del Norte amenaza con provocar una verdadera revolución comunista –esta vez sí– en la industria mundial del alcohol. Además, el régimen de Kim Jong-un podría incluso conquistar con esta bebida a sus hermanos del Sur, que son los que más beben de Asia: 12,1 litros de alcohol al año según los datos de la OMS en 2012. En lugar de atemorizarlos con sus misiles y ensayos nucleares, bastaría con prometerles esta bebida libre de resacas para acabar con su resistencia al «paraíso de los trabajadores» comunista… Siempre y cuando no estuviera tan racionado como la comida en el Norte, claro.
Lo que también resulta un misterio es saber qué habría pensado de esta bebida el difunto padre del dictador Kim Jong-un. Famoso no solo por sus tacones y su tupé a lo Elvis, del «Querido Líder» Kim Jong-il también era conocida su afición al coñac Hennessy y los vinos franceses. Como cualquier santo bebedor se preguntará: ¿se puede disfrutar realmente de un buen licor si al día siguiente no deja una monumental resaca?
ABC
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