La provincia de Jaén (España) posee el mayor bosque humanizado que existe en el planeta, compuesto por los 64 millones de olivos plantados en territorio jiennense. En total, más de medio millón de hectáreas de olivar que convierten a la provincia de Jaén en el mayor productor mundial de aceite de oliva, ya que en cada campaña suele aportar en torno al 25% de la producción total. Un paisaje que maravilla e impresiona al visitante que conoce Jaén por primera vez, que asiste atónito al espectáculo de los valles, las colinas y las montañas con un tapiz sin fin verde oliva.
La variedad que más abunda en la provincia de Jaén es la Picual, aunque también se cultivan variedades como la Royal, Arbequina y Cornicabra. Los municipios jiennenses que destacan mundialmente por el ingente volumen que producen son por éste orden: Úbeda, Villacarrillo, Martos, Baeza y Vilches. El 78% de la superficie agrícola de la provincia se destina al cultivo del olivar.
El inicio del cultivo del olivo se sitúa en Oriente medio, según explica la web Esencia de Olivo, que señala que sus orígenes se remontan a las las culturas fenicia, asiria, judía, egipcia y griega. Así, los primeros documentos escritos sobre el olivo que se conocen son unas tablillas micénicas en barro, procedentes del reinado del rey Minos y datadas en torno al año 2500 antes de Cristo.
Sin embargo, la gran expansión y mejora del cultivo se debe a los romanos, que fueron unos grandes consumidores de aceite de oliva y llevaron el olivo a todas sus colonias, entre ellas, la Bética, donde se encontraba la actual provincia de Jaén. Durante la era romana, el comercio del aceite obtenido de los olivos de Hispania se extendió por todo el mundo romano occidental. Es decir, que Jaén ya era un importante centro productor de aceite de oliva a nivel internacional hace 2.000 años.
La importancia del olivo y su impronta en el paisaje de la provincia de Jaén es tal que la Diputación Provincial de Jaén está promoviendo una candidatura para que el paisaje del olivar mediterráneo sea declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La provincia de Jaén sería el principal exponente de este paisaje, ya que el verde plata de las hileras de olivar está presente en todo el territorio jiennense. Así, además de ser una importante fuente de ingresos, el olivar se convertiría también en un importante atractivo turístico, especialmente para atraer visitantes extranjeros.
La omnipresencia del olivar ha forjado también buena parte de la economía, cultura, gastronomía y la forma de ser de los jiennenses, cuya vida ha girado en torno al olivo y su cultivo durante siglos. La enorme abundancia del olivar también da lugar a que la localidad de Villacarillo albergue la mayor fábrica de aceite de oliva del mundo, la cooperativa Nuestra Señora del Pilar, que puede procesar 2,5 millones de kilos de masa de aceituna al día y cuyas bodegas tienen capacidad para 17 millones de kilos de aceite de oliva.
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