viernes, 15 de enero de 2016

Te engañaron: el colesterol de los alimentos no es malo


En otros tiempos denostado, ahora ya nadie le presta atención. Hablamos del colesterol presente en los alimentos. Y, ojo, no hay que confundirlo con el colesterol que circula por nuestra sangre. Ese tenemos que mantenerlo controlado ya que es uno de los principales factores involucrados en nuestro riesgo cardiovascular.

El colesterol de los alimentos ya no es malo

El colesterol alimentario está presente exclusivamente en alimentos de origen animal como los huevos, los sesos y las vísceras, los embutidos, los mariscos, etc. No hace mucho, se creía que ese colesterol de los alimentos se relacionaba directamente con el colesterol que circula por nuestra sangre (relación que puede parecer, hasta cierto punto, lógica). Pues bien. Nada de eso. Parece ser, según las nuevas evidencias halladas sobre el asunto, que la contribución que puede tener el colesterol alimentario a nuestro colesterol sanguíneo, y por ende, a nuestro riesgo cardiovascular es mínima. Conclusión: podemos sacar al colesterol de nuestra lista negra.
Este hecho se une a todo el revuelo existente en el mundo de la grasa. Es, ciertamente, desconcertante para cualquiera ser testigo de estos volantazos en cuanto a los mensajes de las autoridades sanitarias y de los científicos sobre cómo debe ser unaalimentación saludable y qué alimentos deben formar parte de una dieta equilibrada. Pero es el precio que hemos de pagar por el método científico, que nunca descansa y siempre está atento a nuevas evidencias aunque sea a costa de cargarse las ahora vigentes.

Nuevas guías dietéticas americanas

La primera muestra “oficial” de la absolución pública del colesterol aparece en las nuevas guías dietéticas americanas que han visto la luz recientemente. Estas guías regirán los designios alimentarios de los estadounidenses (aunque su influencia es de índole planetaria) durante los próximos cinco años. En la anterior edición, la de 2010, se recomendaba limitar el consumo diario de colesterol presente en los alimentos a 300 mg, sin embargo, en la edición presente, no se hace mención a ningún límite.
Sí se recomienda limitar las calorías que provienen de las grasas saturadas al 10% de las calorías totales de la dieta. Esta recomendación no es fácil de interpretar, aunque se puede simplificar traduciéndolo como la reducción del consumo de grasa presente en alimentos de origen animal. Hasta ahora las grasas saturadas se han considerado el principal factor alimentario relacionado con el aumento del colesterol sanguíneo (y por tanto del riesgo cardiovascular) si bien este hecho también está un tanto en entredicho. Seguro que a las autoridades sanitarias americanas les parecía demasiado transgresor eliminar también las restricciones de consumo de grasas saturadas.
Otra restricción que aparece en las guías es limitar el consumo de azúcares añadidos al 10% del total calórico de la dieta (seguramente ya podemos calificar al azúcar como el nuevo demonio alimentario). Esto representaría en una dieta media de 2.500 calorías algo más de 60 g de azúcar, cantidad muy fácil de alcanzar debido a la presencia casi ubicua del azúcar en los alimentos que encontramos en el súper. Finalmente, las recomendaciones también quieren limitar la ingesta de sal, dejando su consumo en poco más de 6 gramos al día y el alcohol (como máximo una bebida al día para mujeres y dos para hombres).
Si bien se establecen los límites mencionados, las nuevas guías quieren centrarse en patrones de consumo alimentario más que en límites específicos para alimentos o nutrientes, muchas veces difíciles de interpretar por parte del consumidor. De este modo, se quiere fomentar el consumo de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, frutos secos, pescado, carnes magras, huevos, lácteos desnatados y aceites en detrimento de alimentos refinados y procesados con contenido excesivo de grasa, azúcar y sal.

Entonces, cómo controlar el colesterol sanguíneo

Bien, nos ha quedado claro que el colesterol de los alimentos no influye en nuestro colesterol y que sobre las grasas hay cierta controversia. Entonces, ¿qué comer para controlar el colesterol? Pues, seguramente, es un punto en el que aciertan las nuevas guías americanas: hablar más de patrones alimentarios que de límites y de alimentos concretos. Si nuestra dieta se basa principalmente en alimentos de origen vegetal y alimentos poco refinados y procesados según lo descrito e incrementamos nuestra actividad física, además de mantener un peso saludable, tendremos nuestro colesterol a raya.
En cualquier caso, y por todos los años que lo hemos mantenido en la lista negra, pidamos perdón al colesterol.
Saludabit

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