Según el profesor Courtney A. Miller, asociado al Departamento de Neurociencia en el Instituto de Investigación Scripps en Jupiter (Florida), el desarrollo de la adicción forma parte de un proceso relacionado con los recuerdos que almacena la memoria.
Miller explicó que los pacientes “pueden estar limpios pero luego toparse con algún desencadenante que les recuerde que quieren consumir droga y que puede inducir el ansia y la recaída”.
Reiteró que resulta fundamental intervenir directamente el proceso de almacenamiento de recuerdos: “Las personas pueden superar la rehabilitación y seguir con su vida cotidiana, pero los recuerdos, estos factores desencadenantes, pueden durar toda la vida”.
Explicó parte del proceso: “Las memorias normales quedan en tu cerebro como una conexión de neuronas que son apoyadas por proteína y actina. En el caso de las memorias que se producen con el efecto de las anfetaminas, la actina nunca se estabiliza”.
Destacó que el objetivo es someter al paciente a un tratamiento intencional de abstinencia mientras se utiliza regularmente la sustancia.
Hasta ahora no se tiene previsto la utilización de este tratamiento en seres humanos, proceso que podría extenderse al menos por cinco años, debido a los efectos secundarios que conlleva, relacionados con la pérdida de recuerdos y el funcionamiento irregular de los mùsculos corporales.
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