sábado, 29 de agosto de 2015

Razones para eliminar a la carne procesada de nuestra dieta


La mayoría de las personas es consciente de que la carne procesada es mala para la salud. Lo que muchas de esas personas ignoran es realmente cuán nociva es.
Muchas investigaciones han encontrado relaciones entre su consumo y problemas cardíacos o enfermedades como el cáncer. No existe ninguna duda de que la carne procesada contiene muchos químicos que no están presentes en las carnes frescas.
Este artículo ofrecerá una mirada detallada sobre el efecto en la salud que tiene el consumo de este tipo de productos.

¿A qué nos referimos con carne procesada?

La carne procesada es carne que ha sido preservada por métodos como el salazón, curado, ahumado o con químicos añadidos para su conserva.
Estos alimentos están catalogados como carne procesada:
  • Embutidos, salchichas, salame.
  • Tocino, jamón.
  • Carne salada y curada, como la cecina.
  • Carne ahumada.
  • Carne seca, cecina de buey.
  • Carne en conserva.
La carne que ha sido cortada por procesos mecánicos de rebanado y congelada se considera aún sin procesar.

Consumir carne procesada está asociado a un estilo de vida poco saludable:

Como hemos mencionado, el consumo regular de carne procesada está vinculado a efectos muy nocivos para la salud. Y aunque recientes investigaciones hayan arrojado más luz sobre el asunto, la verdad es que esto se sabe hace décadas.
Quizás no sea sorprendente que las personas que consumen carne procesada poseen con mayor frecuencia que otras personas otros hábitos que también son poco saludables. Por ejemplo, fumar diariamente y la ingesta de poca cantidad de frutas y verduras es muy común en este grupo, según descubrieron varias investigaciones.
Justamente este hecho entorpece las conclusiones de los estudios, dado que aunque se han encontrado fuertes vínculos entre el consumo de carne procesada y varias enfermedades crónicas, estas personas suelen mantener en paralelo múltiples hábitos insalubres.

Enfermedades relacionadas a la carne procesada:

La carne procesada está asociada al incremento de sufrir una amplia gama de enfermedades crónicas, estas incluyen:
  • Presión arterial alta.
  • Problemas cardíacos.
  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
  • Cáncer de estómago e intestino.
Todos los estudios realizados sobre el consumo de carne procesada en humanos son observacionales. Esto significa que es posible establecer que quienes consumen determinados alimentos tienen más riesgos de padecer ciertas enfermedades, pero no permite precisar el origen de éstas. Aún así, la evidencia es convincente porque los vínculos son fuertes y se observan en cada investigación realizada.
Adicionalmente, también se han conducido investigaciones en animales. Por ejemplo, un estudio en ratas demostró que la carne procesada aumentaba significativamente el riesgo de padecer cáncer de intestino.
A continuación discutiremos algunos compuestos que se encuentran en la carne procesada y se cree favorecen la aparición de algunas enfermedades crónicas.

Nitroso, nitritros y nitrosaminas:

Se trata de un grupo de compuestos químicos que se asocian a los efectos adversos del consumo de carne procesada y podrían ser cancerígenos. Estos están formados por nitrito de sodio, que es agregado como aditivo a la carne por varias razones:
– Preservan el color rojo/rosado de la carne.
– Mejoran el sabor retrasando el enranciamiento.
– Previene el crecimiento de bacterias y por lo tanto disminuye el riesgo de intoxicación.
Nitritos y compuestos relacionados, tales como el nitrato, también pueden ser encontrados en otros alimentos. Por ejemplo, el nitrato puede ser encontrado en altas concentraciones en algunos vegetales, y hasta se considera beneficioso para la salud.
Sin embargo, no todos los nitritos son lo mismo. El nitrito de la carne procesada puede transformarse en un compuesto peligroso conocido como N-nitroso.
En pruebas con animales se ha demostrado que puede favorecer la aparición de cáncer de intestino. Pero en estudios longitudinales en seres humanos, este compuesto parece aumentar el riesgo de padecer cáncer de estómago.

Hidrocarburo aromático policíclicos:

El ahumado de la carne es uno de los métodos de conservación más viejos que se conocen, a menudo se lo combina con otro proceso conocido como salazón, que consiste en la deshidratación del alimento mediante el uso de sal.
Este método de conservación conduce a la formación de sustancias que son potencialmente dañinas, tales como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs).
El grupo de compuestos mencionado se forman cuando se quema la materia orgánica. Se transportan en el aire con el humo y se acumulan en la superficie de productos cárnicos ahumados y carnes a las brasas, a la parrilla o el asado directamente sobre el fuego.
Estos pueden ser formados por:
  • Madera quemada o carbón a leña.
  • El goteo de grasa que se quema sobre una superficie caliente.
  • Carne quemada o rostizada.
La Comisión Europea de Salud advirtió en repetidas ocasiones sobre las propiedades cancerígenas de estos compuestos.

Aminas heterocíclicas:

Las aminas heterocíclicas son una clase de compuestos químicos que se forman cuando la carne o el pescado es cocinado a alta temperatura, por ejemplo al freír o asar en una parrilla.
Por esta razón estos químicos no solo se encuentran en la carne procesada, sino que también en salchichas, tocino frito y hamburguesas de carne.
Se ha probado que las aminas heterocíclicas causan cáncer cuando se administran a los animales en grandes cantidades. Y aunque estas cantidades son muy superiores a las que se encuentran en la dieta humana, numerosos estudios observacionales indican que al comer carne bien cocida se aumenta el riesgo de padecer cáncer de colon, mama y próstata.
El nivel de estos compuestos en la carne puede minimizarse usando métodos de cocción suaves, como freír en fuego lento o cocer al vapor.

Conclusiones:

La carne procesada contiene muchos compuestos químicos que no están naturalmente presentes en las carnes frescas. Muchos de estos compuestos son muy dañinos para la salud y deberían evitarse si uno quiere seguir una dieta saludable. Por este motivo, consumirlos por largos períodos de tiempo (años o décadas) puede aumentar significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas, sobre todo el temido cáncer.
Aunque sería lo ideal, no es realmente necesario que estos alimentos se eliminen por completo de la dieta. Consumirlos ocasionalmente está bien, lo importante es evitar que estos predominen en la dieta y sean consumidos con regularidad.
Por todo lo expuesto, los animo a limitar la ingesta de alimentos procesados tanto como sea posible y en su lugar nutrir la dieta de alimentos frescos. A la larga, tu cuerpo te lo agradecerá!

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