Norma Rivas Herrera | ÚN.- “ La falta de relaciones sexuales puede favorecer el mal humor en las personas, con una mayor predisposición en el sexo femenino, debido a factores emocionales que interrelacionan lo biológico y lo cultural. Se ha encontrado que luego de un lapso considerable de tiempo sin relaciones, ellas se muestran malhumoradas, irascibles y de difícil trato”.
Así se expresa el médico sexólogo, Carlos Cotiz al consultarlo sobre las repercusiones en mujeres y hombres el no tener relaciones sexuales. Asegura que esta situación afecta más a las personas que ya han tenido relaciones sexuales y que, por alguna razón, dejan de tenerlas, que aquellas que nunca han tenido encuentros íntimos.
Cotiz señaló que investigadores de la Universidad de Tufts, en Massachusetts, Estados Unidos, concluyeron que cuando se ha llevado una vida sexual activa que se deja de disfrutar por varios años, el cuerpo resiente los efectos del sexo en el organismo, generando riesgos de infarto. Esto, según porque esta actividad es considerada como uno de los mejores ejercicios cardiovasculares que se puede practicar.
“Es un generador inmunoglobulina A y la frecuencia sexual, por lo menos dos veces por semana, eleva hasta 30 por ciento los niveles de este anticuerpo hallados en saliva y mucosas corporales, que protege contra resfriados y otras infecciones”, dijo Cotiz.
¡Mosca, señores¡. Agregó que en el caso de los hombres, la abstinencia es un factor de riesgo para desarrollar cáncer de próstata, debido a que investigaciones afirman que eyacular frecuentemente -cuatro veces por semana- tiene un efecto preventivo en hombres de 20 a 50 años.
El especialista señala que en su dinámica terapéutica ha encontrado que la falta de relaciones sexuales, puede afectar la autoestima, y el ánimo de las personas e incluso producir depresión, especialmente en aquellos que han tenido antecedentes de ser muy activos sexualmente.
Según Cotiz “la falta de sexo por periodos largos se ha relacionado con la disminución de la satisfacción personal y mutua, con desánimo y apatía en la comunicación, con rutina, con desinterés por las cosas”.
El médico señaló que se ha vinculado la falta de relaciones sexuales con estrés, trastornos de sueño e insomnio, situaciones que desencadenan otros problemas como baja concentración, irritabilidad, fatiga, pérdida de reflejos, visibilidad y coordinación de movimientos, entre muchos padecimientos
Así se expresa el médico sexólogo, Carlos Cotiz al consultarlo sobre las repercusiones en mujeres y hombres el no tener relaciones sexuales. Asegura que esta situación afecta más a las personas que ya han tenido relaciones sexuales y que, por alguna razón, dejan de tenerlas, que aquellas que nunca han tenido encuentros íntimos.
Cotiz señaló que investigadores de la Universidad de Tufts, en Massachusetts, Estados Unidos, concluyeron que cuando se ha llevado una vida sexual activa que se deja de disfrutar por varios años, el cuerpo resiente los efectos del sexo en el organismo, generando riesgos de infarto. Esto, según porque esta actividad es considerada como uno de los mejores ejercicios cardiovasculares que se puede practicar.
“Es un generador inmunoglobulina A y la frecuencia sexual, por lo menos dos veces por semana, eleva hasta 30 por ciento los niveles de este anticuerpo hallados en saliva y mucosas corporales, que protege contra resfriados y otras infecciones”, dijo Cotiz.
¡Mosca, señores¡. Agregó que en el caso de los hombres, la abstinencia es un factor de riesgo para desarrollar cáncer de próstata, debido a que investigaciones afirman que eyacular frecuentemente -cuatro veces por semana- tiene un efecto preventivo en hombres de 20 a 50 años.
El especialista señala que en su dinámica terapéutica ha encontrado que la falta de relaciones sexuales, puede afectar la autoestima, y el ánimo de las personas e incluso producir depresión, especialmente en aquellos que han tenido antecedentes de ser muy activos sexualmente.
Según Cotiz “la falta de sexo por periodos largos se ha relacionado con la disminución de la satisfacción personal y mutua, con desánimo y apatía en la comunicación, con rutina, con desinterés por las cosas”.
El médico señaló que se ha vinculado la falta de relaciones sexuales con estrés, trastornos de sueño e insomnio, situaciones que desencadenan otros problemas como baja concentración, irritabilidad, fatiga, pérdida de reflejos, visibilidad y coordinación de movimientos, entre muchos padecimientos
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