jueves, 12 de marzo de 2015

Las mejores estrategias para excitar a tu chica

Tú estás listo, pero ella necesita un calentamiento. Aquí te damos 20 maneras sumamente sencillas de prender su fuego, y unas cuantas ideas para saber qué hacer cuando ya esté ardiendo. 



Cómprale una tanga de seda.
¿Te parece que comprarle lencería es un cliché? Pues dale un giro. Dásela cuando (supuestamente) no esperes tener sexo. Pásasela debajo de la mesa en un restaurante y pídele que vaya al tocador a ponérsela. Es una travesura, pero seguramente te seguirá el juego, dice la Dra. Joy Davidson, terapeuta de parejas en Seattle. No es recomendable hacerlo en la primera cita. 




Susurra en su oído. 
En público, en una fiesta, dile lo que le quieres hacer más tarde, algo como: Al llegar a casa te voy a hacer tener un orgasmo por cada dedo que tengas. Para las mujeres, la expectativa puede ser tan excitante como el evento en sí. 


Besa lo que menos espere. 
Ya tienes cubiertos los lugares obvios donde besarla. Ahora concentra tus esfuerzos en otras áreas: sus codos, sus rodillas, sus hombros, sus tobillos y sus huesitos de la cadera. Son partes que casi nunca reciben caricias, dice Davidson. Es una muy grata sensación. A ver si puedes hacerla llegar al orgasmo así. 




Compra frutas... 
La crema batida tiene el papel más erótico en las películas. Mejor convierte su cuerpo en un extractor de jugos. El mejor alimento para el sexo son las frutas que puedes untar en el cuerpo, como el mango y la papaya, dice la Dra. Ava Cadell, terapeuta sexual de California y autora de 12 pasos para el amor eterno. Después, devórala tanto a ella como a la fruta. Ensúciate, báñate y vuelve a empezar.
  ... y fresas. 
Olvídate del café y del pan tostado, lleva chocolate caliente (un estimulante sexual para ella), fresas y frambuesas a la cama. Las fresas te hacen recuperar el zinc que pierdes a la hora de eyacular: 5 miligramos, o sea, un tercio de tu requerimiento diario. 


Que ella te dicte. 
Cuando empiecen a juguetear, dile que no vas a cambiar de acción hasta que ella no te diga lo que debes hacer. Esto funciona física y mentalmente: es una forma de motivarla a desinhibirse y de mostrarte lo que en realidad le gusta. Ahora es tu turno. 


Dale escalofríos. 
El frío se siente por más terminaciones nerviosas de las que puede alcanzar tu tacto, por lo que de ese modo expandes su rango de respuesta, dice Phillip Hodson, terapeuta sexual británico. Haz lo siguiente: enfría un racimo de uvas durante 20 minutos (por lo menos). Después, pásalo por su cuello, sus pezones y la parte interior de sus muslos. Date vuelo. Ahora pon una uva en tu boca y presiónala suavemente contra su clítoris sosteniéndola entre tus dientes o tus labios. 




Acaríciala. 
Para mayor placer en la ducha, pon unas cuantas gotas de gel de baño en un atomizador y mézclalo con agua. Rocíala y acaríciala. Sentirá tres tipos distintos de estimulación: el chorro constante de la ducha, el dulce rocío del gel jabonoso y las caricias firmes de tus manos. Ese es el tipo de trío que la puede excitar. 


Haz un taco de cama. 
Los juegos de sumisión son atractivos por una razón muy válida: aumentan la expectativa de la persona que va a recibir el placer. Pero cualquier cosa con cierres, velcro o cadenas puede espantar (incluso a nosotros), por eso intenta esto: Mientras ruedan por la cama, envuélvela en la sábana para que no pueda mover sus brazos (como un taco o una camisa de fuerza). Deja su cabeza, hombros y piernas descubiertas. Ahora besa cada centímetro de piel expuesta. Es simple, espontáneo y muy inocente. 


Véndate los ojos. 
Muchas mujeres inseguras de su cuerpo se limitan a la posición de misionero porque de ese modo no puedes verles el cuerpo. Si en realidad no puedes verla porque estás vendado, hará más cosas contigo. 




Pide permiso.
Antes de penetrarla, pregúntale si puedes hacerlo. Algunas mujeres encuentran esta actitud encantadora, dice el Dr. Barnaby Barratt, presidente de la Asociación Americana de Educadores, Consejeros y Terapeutas Sexuales. Les da un sentido de respeto. Les da la seguridad para relajarse más. Y en el momento de penetrarla, bésala o acaricia su rostro. Dale más estimulación que sólo la penetración, dice De Villiers. 


Practica el regreso. 
Después de penetrarla por primera vez, hazlo de nuevo, lentamente. Repite una y otra vez. Uno de los mayores estimulantes es la expectativa, dice De Villiers. No te retires por completo, cuando estés casi afuera, regresa para que sienta la sorpresa de sentir que la vuelves a penetrar. 


Hazlo en público. 
O pretende que lo hacen. El exhibicionismo es una fantasía secreta de muchas mujeres, pero la amenaza de ser sorprendidas en el acto las desanima. Por eso, hazle el amor de pie, con ella recargada en la ventana del dormitorio. Es muy fácil esconderse. Si está vestida a medias, tu vecino ni se dará cuenta. 




Haz burbujas. 
Toma un trago de champaña antes de darle sexo oral y utiliza tu lengua para esparcir las burbujas alrededor de su clítoris. Las terminaciones nerviosas reaccionan ante las burbujas de muy buena forma. 


Utiliza el ciclo de ropa de algodón. 
La lavadora es el vibrador más grande de la casa, dice Hodson. Siéntate sobre la lavadora y haz que ella se siente sobre ti. Tu pene transportará las vibraciones. El algodón requiere el ciclo más movido y duradero. 


Métete al clóset. 
La novedad es un afrodisiaco. Cualquier escenario distinto, con sensaciones, olores y sonidos diferentes hará que el sexo se sienta como una novedad. Los espacios reducidos sugieren urgencia. Son geniales para un rapidín, dice la terapeuta sexual Louanne Cole Weston. 


Busca el ángulo perfecto. 
Utiliza un cojín para crear un orgasmo inolvidable. Con la ayuda de una almohada, crea una inclinación de 26º de su pelvis (poniéndola debajo de su espalda baja), lo que significa que habrá máximo contacto entre tu cuerpo y su clítoris, evitando la necesidad de un jugueteo previo. 




Aprieta. 
Con ella boca abajo y tú encima de ella, hazla que cruce las piernas y pon las tuyas fuera de las de ella. Su vagina se sentirá más apretada y la fricción extra te dará más placer. 


Alárgate. 
Cuando estés arriba, pon sus piernas sobre tus hombros. Disminuye su canal vaginal; así tu pene se siente más grande dentro de ella. 


Párate. 
Para mejorar el sexo por detrás, haz que ella se arrodille en el borde de la cama con su pecho sobre el colchón. Esto alarga el canal vaginal, haciéndolo mucho más apretado. Tienes una vista fantástica y, además, le encantará la estimulación de sus pezones por el roce con el colchón. 


Facilita las cosas. 
Para el sexo oral, ponte de pie mientras tu pareja se sienta o se arrodilla en la cama. No solamente se sentirá más cómoda, sino que este ángulo le permite mayor acceso a tu pene, dándole un mayor control sobre éste. 




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