Durante la temporada de apareamiento, la competencia entre los macacos japoneses por las hembras es dura. No sólo compiten con otros machos: también las hembras son sus contendientes.Esto se debe a que, en algunas poblaciones, el comportamiento homosexual de las hembras no es sólo común sino que es la norma.
Es sabido que esta modalidad es extremadamente común en el reino animal.Entonces, ¿podemos decir que hay animales homosexuales?Conducta bajo la lupa.
Pese a que se habían observado conductas homosexuales por décadas, se las consideraba una anomalía.Esto cambió tras la publicación en 1999 del libro “Biological Exuberance”, de Bruce Bagemihl, que cita tantos ejemplos en tantas especies que el tema acaparó el interés de los investigadores.
Pese a que se habían observado conductas homosexuales por décadas, se las consideraba una anomalía.Esto cambió tras la publicación en 1999 del libro “Biological Exuberance”, de Bruce Bagemihl, que cita tantos ejemplos en tantas especies que el tema acaparó el interés de los investigadores.
A primera vista, las relaciones homosexuales entre animales no parecen tener sentido. Pero, la naturaleza demuestra que no es así.Si bien este comportamiento está amplia mente documentado, en opinión de Paul Vasey, investigador de la Universidad de Lethbridge, en Canadá, sólo algunas especies lo hacen habitualmente.
La teoría de la evolución por selección natural de Darwin implica que los genes deben transmitirse a la siguiente generación para no desaparecer.
Cualquier gen que haga que un animal sea más proclive a relacionarse sexualmente con otro del mismo sexo tendrá menos posibilidades de pasar a la próxima generación, en comparación con los que favorecen la heterosexualidad.
Así, la homosexualidad desaparecería rápidamente.Pero, evidentemente, esto no es lo que ocurre. Para muchos animales, el comportamiento homosexual es algo normal.
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