martes, 24 de marzo de 2015

¿Sexo por amor o satisfacción?

El sexo debe ser una actividad que está al servicio del placer mutuo y de la compenetración emocional y afectiva de una pareja.
Una relación de pareja debe tener bases para que se consolide y compenetren entre sí. Una de ellas es la intimidad; al hablar de sexo se tendría que relacionar como un complemento que permita disfrutar y gozar de este momento.
Si tuviera que responder a la pregunta: ¿Sexo por amor o satisfacción? ¿Qué diría? ¿Cree que puede tenerse sexo por satisfacción y no siempre tiene que existir el amor?
¿Piensa que el éxito de la vida íntima en pareja es que vayan juntas, pues la una sin la otra no tiene razón?
Para algunas parejas el amor y la satisfacción sexual se constituyen en una sola, otros piensan que se puede tener solo sexo, logrando un placer físico, sin necesidad de amor.
El debate es si es una posición moralista o un pensamiento retrógrado el considerar que la actividad sexual y el goce deben ir de la mano a una especial relación de pareja.
Consultamos la opinión de algunos expertos sobre este tema.
Claudia Astrid Becerra, psicóloga- Terapeuta Familiar
¿Sexo por amor o satisfacción?
Hay que tener sexo por ambas razones. La sexualidad es una necesidad básica que debe ser satisfecha, puesto que somos seres biológicos y fisiológicos. En el caso de personas que no tienen pareja estable, sería un absurdo pretender que por ello no puedan tener una sexualidad plena.
¿Cómo lograr tener el complemente en el amor y la satisfacción?
En primer lugar teniendo tiempo para actividades exclusivamente en pareja, como mínimo una vez por semana. Y en segundo lugar, las mujeres deben aprender de los hombres a tener un pensamiento práctico, aprender a pasar la página, y ellos deben aprender de las mujeres a satisfacer afectos. Si esto se logra, la sexualidad dejaría de ser ese tema complejo en que lo hemos convertido.
¿En pareja, qué involucra el sexo?
Todo. Sin sexo no existe vínculo de pareja, es un imposible; existirá vínculo filial, pero no erótico, que es el que nos define como duplo. Eso implica sentirse deseado, aceptado, admirado, amado, etc. El sexo es una fuente inagotable de placer, es un buen antidepresivo, el mejor antídoto para el estrés; la sexualidad bien entendida es un recurso de bienestar físico, emocional y afectivo. Si no hay buena sexualidad en un vínculo de pareja, es una voz de ALERTA EXTREMA, que si no se atiende a tiempo, lesiona la estructura de la relación.
Camilo Umaña Valvieso, Sexólogo y Psiquiatra
¿Se debe tener sexo por amor y no por satisfacción o viceversa?
Los seres humanos como pertenecientes al género Sapiens nos caracterizamos por tener la presencia de la sexualidad en compañía de sensaciones afectivas, que incluyen representaciones mentales abstractas como el concepto de ‘amor’.
Si se pudiese considerar como objetivable la distinción que denota lo que involucra amar y como dentro de la sexualidad se ama, podríamos entender cómo en esta actividad se declinan voluntades y se toman decisiones que ‘los enamorados’ son capaces de cumplir.
Hay que identificar que lo deseable sea tener el sexo sin amor o tener varias relaciones amorosas con vinculación sexual satisfactoria. Recordemos además que el deseo sexual entre una pareja oscila en el tiempo, en la mujer de acuerdo con la evolución del ciclo hormonal mensual el deseo varia y el hombre no tiene dicha variabilidad. Esto hace que, a veces, a pesar del amor se tenga una relación sexual por el simple placer de dejar que el otro se satisfaga sexualmente, pero ello no implica que sea obligatoriamente sin amor.
¿Cómo lograr con la pareja tener el complemento en el amor y la satisfacción?

Ver en el otro a una persona llena de valores y formas de comportamiento que vemos deseables, esto podría motivarnos a conmovernos afectivamente, de tal manera que la aceptación de la atracción física es un regalo adicional que hace más intensa la sensación de agradecimiento que contiene el concepto del amor. Lo dice la gente “no hay nada más bello que amar de verdad”, y en la verdad está el aceptar al otro tal como es, tanto física como espiritualmente.
ElCiudadano.cl

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