Sucedió en la ciudad alemana de Ingolstadt. Un niño de once años encontró en la calle las llaves de un autobús privado, se subió en él, lo arrancó y fue recogiendo pasajeros por la ciudad, que no apreciaron nada extraño en el hecho de que un chaval en edad escolar manejara el vehículo. Flema alemana, le dicen.
Hace ya un par de décadas, la película ‘Speed’ logró conjurar uno de nuestros miedos más secretos: que
una mujer Sandra Bullock conduzca el autobús de línea. Para lo que aún no estamos preparados es para ver un chaval al que apenas le llegan los pies a los pedales manejar un vehículo de 20 toneladas… y cobrar los billetes.
Al menos tres pasajeros subieron al autobús y recorrieron las calles de Ingolstadt con el chaval al volante. Al parecer a ninguno de ellos le chocó el juvenil aspecto del chófer (la edad mínima para conducir un autobús en Alemania es de 21 años). Finalmente, un transeúnte se fijó en la errática trayectoria del autobús y decidió llamar a la policía, informa The Local.
Los agentes detuvieron el vehículo y conminaron al joven conductor a deponer su actitud. Seguidamente, le llevaron a casa de su mamá. Según explica Donau Kurier el chaval tenía verdadera devoción por los autobuses, y su pericia al volante sólo se explica porque no era la primera vez que manejaba un coche o similar.
“Por suerte, el viaje finalizó sin que hubiera que lamentar daños entre los pasajeros u otros vehículos”, según el informe policial del incidente. Por su parte, el autobús “sólo” sufrió daños por valor de 1.200 euros en su corto trayecto.
Strambotik / Visto en Donau Kurier, vía The Local.
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