Grabado sobre las áridas arenas del desértico interior de Australia se encuentra el geoglifo más grande del mundo, conocido como el “Hombre de Marree,” una enorme figura de un Aborigen cazando aves o wallabies (pequeños canguros) con un palo arrojadizo. A diferencia de otros geoglifos antropomorfos descubiertos en todo el mundo, trazados por antiguas civilizaciones, el Hombre de Marree fue grabado sobre el paisaje desértico australiano hace tan solo 16 años. Sin embargo, su propia existencia resulta ser uno de los mayores misterios conocidos de Australia; el geoglifo es tan grande que se puede ver desde el espacio, aunque no se conoce ningún testigo que pueda dar testimonio de su autoría a día de hoy, y su creación y la razón por la que se trazó nos siguen siendo desconocidas.
El geoglifo del Hombre de Marree se extiende sobre una meseta de tierra árida, aproximadamente 60 kilómetros (37 millas) al oeste de la minúscula población de Marree (60 habitantes) del sur de Australia. Trevor Wright, un piloto de avioneta, se encontraba volando entre las localidades de Marree y Coober Pedy el 26 de junio del 1998, cuando avistó la silueta de una figura humana de gran tamaño destacada sobre el terreno del paisaje.
La figura, grabada sobre el suelo arenoso, mide 4,2 kilómetros (2,6 millas) de alto con un perímetro de 15 por 28 kilómetros (9,3 por 17,4 millas). En el momento del descubrimiento, el trazo que la delimitaba tenía una profundidad de unos 30 centímetros (12 pulgadas) y unos 35 metros (114 pies) de anchura. Los topógrafos especulan con la posibilidad de que la figura fuera realizada con un bulldozer y creen que pudo llevar semanas finalizarla, aunque nadie dice haber visto u oído nada al respecto. Un único camino se utilizaba para entrar y salir de este lugar, pero no se han podido encontrar en él huellas de pisadas ni marcas de neumáticos, y un equipo de policías enviado a investigar exhaustivamente en la época del descubrimiento volvió a casa con las manos vacías.
Pistas Misteriosas
Poco después de su descubrimiento, varias notas de prensa fueron enviadas a los medios de comunicación por una fuente anónima. Cierto número de características de su forma de escribir apuntaban a un autor extranjero. Para empezar, la carta citaba las medidas del geoglifo en millas, yardas y pulgadas, en lugar de expresarlas en el sistema métrico decimal, que es el que se emplea en Australia. Más aún, ciertas frases y nombres como “Barrera de Coral de Queensland” y “Territorios Indígenas de la región,” no son expresiones utilizadas habitualmente por los australianos.
Para hacerlo todo aún más misterioso, un puñado de objetos muy peculiares fue hallado en un hoyo cercano al lugar, entre los que había una foto de satélite del geoglifo, un frasco que contenía una banderita de los Estados Unidos, y una nota referida a los Davidianos, el grupo religioso que tenía su sede en unos terrenos cercanos a Waco, en el estado de Texas, que fueron asaltados en 1993 por fuerzas del gobierno. En el ataque murieron el líder del grupo David Koresh y otros 82 Davidianos.
En Enero de 1999, unos funcionarios hallaron también una pequeña placa enterrada cerca de la nariz de la figura. Era una bandera de los Estados Unidos con una cita del libro “The Red Centre” (“el centro rojo”, título que se refiere al interior desértico australiano, por su color rojizo), obra de H. H. Finlayson, en la que se leía: “En honor a la tierra que conocimos en el pasado. Sus logros en estas búsquedas son extraordinarios, una constante fuente de asombro y admiración.”
La cita procede de una página que describe la caza de wallabies (animal muy parecido al canguro pero de menor tamaño) con palos arrojadizos. En el libro aparecen también fotografías de cazadores con una apariencia similar a la del Hombre de Marree.
Los investigadores intentaron, sin éxito, encajar las piezas de esta extravagante colección de pistas. Sin embargo, algunos sugirieron que podrían haberse dejado ahí precisamente como distracción, para desviar la atención de su auténtico creador.
Teorías sobre el Hombre de Marree
Rápidamente se extendieron los rumores en torno a la minúscula población de Marree. Algunos apuntaban a que la creación del geoglifo era una treta publicitaria urdida por la empresa que organiza vuelos de recreo en esta zona, con el objetivo de aumentar sus beneficios gracias al turismo generado por el descubrimiento. De hecho, las avionetas de alquiler de esta empresa tuvieron que hacer horas extras para atender a la demanda de vuelos turísticos generada por el deseo de ver la espectacular figura desde el cielo.
También empezaron a circular otras teorías que afirmaban que el Hombre de Marree era obra de extraterrestres, o una advertencia a la política australiana Pauline Hanson relacionada con sus comentarios racistas sobre los Aborígenes.
Una teoría más verosímil es que el moderno geoglifo fue realizado por Bardius Goldberg, un artista australiano que ya había expresado en el pasado su interés por crear una obra visible desde el espacio. Cuando se le interrogó acerca de este tema, no confirmó ni negó que el Hombre de Marree fuese obra suya. Goldberg falleció antes de que esta teoría pudiera ser investigada a fondo.
El gigantesco geoglifo del Hombre de Marree se convirtió rápidamente en icono de la pequeña localidad australiana, y también en un popular destino turístico, pero el famoso grabado apenas puede ya apreciarse en la actualidad. Aunque el lugar nunca ha sido accesible para el público en general, ya que se encuentra en tierras cedidas a los Nativos, el geoglifo se está borrando lentamente debido a la erosión natural. Es solo cuestión de tiempo que la famosa figura desaparezca para siempre, llevándose consigo los secretos de su creación.
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