Uno de los prejuicios más extendidos acerca de los videojuegos es la creencia de que promueven un comportamiento inadecuado en los más pequeños. No han sido pocas las compañías y personas relacionadas a la industria las que han tratado de destimitificarlo, pero continúa calando como antaño en la sociedad. Claro ejemplo de ello es un estudio publicado recientemente por el National Children's Bureau (NCB), una organización educacional caritativa que ha logrado visibilidad en los medios de televisión en la búsqueda de una evidencia que demostrase que los videojuegos son "malos" para los niños.
A priori, el estudio examina el uso de los ordenadores y el acceso a Internet de la gente joven para comprobar cuál es el impacto final en sus notas de secundaria, que los estudiantes ingleses aprueban con una puntuación de 16. El análisis comenzó al Norte de Irlanda, donde 61 estudiantes realizaron una serie de pruebas para ejemplificar el uso inapropiado de los videojuegos ante 41 padres y 18 profesores.
De este modo, el estudio demostró que el hecho de contar con un ordenador y estar familiarizado con su software beneficia a los estudiantes, pues tienen acceso a programas de procesamiento de datos y presentaciones que contribuyen a lograr mejores notas, en detrimento de aquellos que no tienen acercamiento a esta tecnología. Asimismo, se dieron cuenta de que los niños más eficientes son los que permanecían más tiempo frente al ordenador, entre una y tres horas al día.
Los profesores y padres de los alumnos fueron testigos de que el uso de los teléfonos móviles, las redes sociales o los videojuegos no jugaban un papel determinante en sus notas, aunque la investigación evidenció que aquellos alumnos que usaban una consola portátil más de dos veces al día tenían algunos problemas para concentrarse y únicamente el 41% de este grupo obtenía buenas notas.
Este fenómeno ya se ha calificado en otras ocasiones como "smoking gun" o la "prueba irrefutable" de los perjuicios que generan los videojuegos, aunque, una vez más, el estudio de NCB tampoco encontró diferencias entre las notas de los alumnos que jugaban a menudo y los jugadores ocasionales. De hecho, estudio realizados recientemente enEstados Unidos o Inglaterra demuestran todo lo contrario: que las pequeñas dosis de juego (menos de una hora al día) pueden tener un impacto positivo en los progresos académicos de los estudiantes.
En esta línea, la investigación realizada por la NCB únicamente ha alertado a los usuarios a la hora de interpretar sus resultados y asegura que precisan de otros estudios para entender si hay una causa potencial relacionada con los videojuegos que justifique las malas notas de los alumnos. La única demostración factible, por el momento, es el impacto positivo de lasnuevas tecnologías en los estudiantes.
Meristation
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