El Mundo Mágico tiene sus secretos. Tiene también miles de historias, curiosidades, reglas escritas y no escritas y hasta algún fantasma. Conozcamos hoy algunos de esos secretos y curiosidades de Disneyland, en California.
Disneyland: estricta etiqueta
Todos los empleados de Disneyland conocen al detalla la estricta etiqueta y la forma correcta de manejarse frente al público. Por ejemplo: nunca señalarán algo apuntando con el dedo índice, siempre lo harán con dos dedos o con la palma de la mano hacia arriba. Si van vestidos con un disfraz de un sector del parque, no pisarán otro sector diferente. No deben usar barba ni bigote (cuando se inauguró el parque se llegó a prohibir la entrada a visitantes con barba), y deben cuidar sus manos con manicura, para no llevar uñas largas.
Todos los empleados de Disneyland conocen al detalla la estricta etiqueta y la forma correcta de manejarse frente al público. Por ejemplo: nunca señalarán algo apuntando con el dedo índice, siempre lo harán con dos dedos o con la palma de la mano hacia arriba. Si van vestidos con un disfraz de un sector del parque, no pisarán otro sector diferente. No deben usar barba ni bigote (cuando se inauguró el parque se llegó a prohibir la entrada a visitantes con barba), y deben cuidar sus manos con manicura, para no llevar uñas largas.
Disneyland: Mickey en todos lados
Siguiendo órdenes expresas, las orejas del ratón más famoso del mundo se multiplican en miles de espacios dentro de Disneyland. No sólo en el merchandising, sino que su perfil aparece sutilmente(o no tanto) en carteles, camuflado en formas arquitectónicas, en el papel que cubre las paredes de la enfermería, en la forma de las sillas de espera, en los huevos del desayuno de sus hoteles o en las marcas de óxido de los mástiles del barco pirata.
Siguiendo órdenes expresas, las orejas del ratón más famoso del mundo se multiplican en miles de espacios dentro de Disneyland. No sólo en el merchandising, sino que su perfil aparece sutilmente(o no tanto) en carteles, camuflado en formas arquitectónicas, en el papel que cubre las paredes de la enfermería, en la forma de las sillas de espera, en los huevos del desayuno de sus hoteles o en las marcas de óxido de los mástiles del barco pirata.
Disneyland: Un ejército de gatos
El Reino Mágico lucha contra los roedores. Cada noche, cuando no quedan ya visitantes, se libera un verdadero ejército de más de 300 gatos para que recorran a sus anchas los dominios de Disneyland y se hagan el festín. Dicen que todo comenzó cuando en la década de los 50, gracias a unas obras se encontraron más de 100 gatos viviendo en los escondrijos del Castillo de la Bella Durmiente… y los pusieron a trabajar. De día se les mantiene en una especie de “gatódromo” aunque o es raro toparse con alguno por allí.
El Reino Mágico lucha contra los roedores. Cada noche, cuando no quedan ya visitantes, se libera un verdadero ejército de más de 300 gatos para que recorran a sus anchas los dominios de Disneyland y se hagan el festín. Dicen que todo comenzó cuando en la década de los 50, gracias a unas obras se encontraron más de 100 gatos viviendo en los escondrijos del Castillo de la Bella Durmiente… y los pusieron a trabajar. De día se les mantiene en una especie de “gatódromo” aunque o es raro toparse con alguno por allí.
Disneyland: El bar más VIP de Estados Unidos
Pocos saben que en Disneyland se encuentra uno de los rincones más exclusivos de Estados Unidos. Hablamos de un cocktail bar llamado Club 33, y se ubica sobre una de las tiendas en Nueva Orleans Square, la calle comercial llena de restaurantes que está más cerca de la atracción de Piratas del Caribe.
Pocos saben que en Disneyland se encuentra uno de los rincones más exclusivos de Estados Unidos. Hablamos de un cocktail bar llamado Club 33, y se ubica sobre una de las tiendas en Nueva Orleans Square, la calle comercial llena de restaurantes que está más cerca de la atracción de Piratas del Caribe.
Estos datos sólo te servirán para saber dónde está, pero no podrás entrar salvo que seas uno de los escasos 487 personajes autorizados. Si quieres apuntarte a este club, deberás 14 años de lista de espera. Se trata de un restaurante, con una bodega excelente, más un bar donde se codean desde hace décadas grandes personalidades americanas. Dicen que aquí cenó Robert Kennedy un par de días antes de su muerte. Y hoy en día suelen verse a estrellas de cine, embajadores y “celebrities” del mundillo americano.
Disneyland: Todo es cuestión de perspectiva
No todo es lo que parece. Especialmente en el “Mundo Mágico”. El diseño del parque Disneyland estuvo desde su idea original enfocado en generar una sensación especial para que cada visitante se sienta sumergido en las historias que se cuentan. Pensemos que este parque se levantó en la década de los años 50. Los arquitectos se esforzaron en crear ilusiones ópticas forzando las persperctivas, por ejemplo, para que los edificios parezcan más altos, o más pequeños de lo que son en realidad.
No todo es lo que parece. Especialmente en el “Mundo Mágico”. El diseño del parque Disneyland estuvo desde su idea original enfocado en generar una sensación especial para que cada visitante se sienta sumergido en las historias que se cuentan. Pensemos que este parque se levantó en la década de los años 50. Los arquitectos se esforzaron en crear ilusiones ópticas forzando las persperctivas, por ejemplo, para que los edificios parezcan más altos, o más pequeños de lo que son en realidad.
Por ejemplo, el Castillo de la Bella Durmiente sólo mide 23 metros de altura, pero parece mucho más gracias a que los ladrillos y adornos arquitectónicos son cada vez más pequeños a medida que se ubican más alto en la estructura.
Disneyland: El fantasma de Walt
Como todo Mundo Mágico que se precie, aquí no falta algún misterio… e incluso un fantasma. ¿Por qué no? Durante la construcción del parque, Walt Disney decidió vigilar de cerca las obras y para ello se mudó con su familia a un apartamento sobre la estación de bomberos de la Main Street. Pasaba casi todas las noches estudiando y corrigiendo los planos de las obras en el salón de su casa. Para recordar su presencia, cada día se mantiene una luz encendida en el salón del apartamento y puedes ver su reflejo en la ventana de su apartamento al pasar por allí. Cada noche, después que todos se han ido, la luz se apaga automáticamente, pero cada mañana vuelve a encontrarse encendida y los planos sobre el escritorio aparecen siempre con nuevas correcciones.
Como todo Mundo Mágico que se precie, aquí no falta algún misterio… e incluso un fantasma. ¿Por qué no? Durante la construcción del parque, Walt Disney decidió vigilar de cerca las obras y para ello se mudó con su familia a un apartamento sobre la estación de bomberos de la Main Street. Pasaba casi todas las noches estudiando y corrigiendo los planos de las obras en el salón de su casa. Para recordar su presencia, cada día se mantiene una luz encendida en el salón del apartamento y puedes ver su reflejo en la ventana de su apartamento al pasar por allí. Cada noche, después que todos se han ido, la luz se apaga automáticamente, pero cada mañana vuelve a encontrarse encendida y los planos sobre el escritorio aparecen siempre con nuevas correcciones.
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