lunes, 11 de julio de 2016

La tradición obliga a matar a toda la familia del toro que mató a Víctor Barrio en Teruel


La tauromaquia, como cualquier actividad que se basa en la tradición y en supersticiones sin ninguna base, está rodeada de mitos y rituales más propios de tiempos del medievo que de principios del siglo XXI. Uno de estos ritos habla de las obligaciones que tiene un ganadero cuando uno de sus toros mata a un torero en una corrida.
El torero Víctor Barrio murió este sábado tras recibir una cornada en la plaza de toros de Teruel. Cuando ocurre un caso así, la tradición taurina estipula que el ganadero responsable del astado que ha acabado con la vida de un torero debe sacrificar a la madre del animal y toda su casta o familia (reata como es llamada en el argot taurino).
Los toros de lidia se obtienen tras una selección exhaustiva tanto del toro semental (padre) como de la vaca brava (madre), y el hecho de sacrificar la reata supone un perjuicio para el ganadero por varios motivos: la pérdida económica al deshacerse de la familia del astado, de la que podrían nacer otros grandes ejemplares para su venta, y el descrédito que un incidente de este tipo proporciona, y más teniendo en cuenta el grado de superstición existente alrededor del mundo de la tauromaquia.
En el caso del toro de Teruel, de nombre ‘Lorenzo’, la vaca madre (llamada Lorenza) ya habría sido sacrificada por los responsables de la ganadería hace unos días debido a su avanzada edad.
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