2015 fue el año más caluroso desde que se tienen registros, pero 2016 empieza con ganas de batirlo. Enero de 2016 fue oficialmente el mes más cálido de la historia, superando en 1,13º C la temperatura promedio. Y del pasado mes de febrero, a falta de datos definitivos de la NASA y la NOAA, se espera exactamente lo mismo.
La intensa temporada de El Niño ha favorecido el invierno más caluroso en países como Estados Unidos, pero se cree que su influencia en el aumento global de las temperaturas es pequeña, del orden de los 0,1 grados Celsius. En cambio, el cambio climático encaja perfectamente con otros patrones en los que tenemos mucho que ver, como las emisiones de dióxido de carbono.
Que publiquemos una y otra y otra y otra y otra vez que la Tierra nunca había estado tan caliente no es la única consecuencia de este inequívoco calentamiento global. El hemisferio norte coquetea ya con una subida de las temperaturas cercana a los 2º C respecto a la época preindustral, un punto que los expertos consideran devastador y que la Cumbre de París describió como la línea roja que no debemos cruzar.
Desde un punto de vista global estamos a medio camino de los 2 grados. Se calcula que el aumento promedio será de 1,2º C en 2016. No estamos preparados para un incremento tan importante de las temperaturas. El cambio climático ya causa y seguirá causando una subida del nivel del agua, un aumento de las plagas tropicales y enfermedades como el zika, escasez de alimentos por la pérdida de las cosechas, cambios destructivos en los ecosistemas y tormentas más intensas. [NOAA, Slate]
Gizmodo
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