Un patito cuya impronta son una pareja de objetos diferentes se aleja del par de objetos iguales (dos esferas) - Antone Martinho |
Son monos, son graciosos y son listos. Científicos de la británica Universidad de Oxford han demostrado que los patitos recién nacidos pueden adquirir fácilmente los conceptos de «igual» y «diferente»sin ningún tipo de entrenamiento, una habilidad que hasta ahora solo había sido atribuida a animales muy inteligentes, como simios, cuervos y loros.
Los patitos y otros animales jóvenes aprenden a identificar y seguir a su madre a través de un tipo de aprendizaje llamado «impronta», lo que puede ocurrir tan pronto como 15 minutos después de la eclosión del huevo. Esto es lo que hace que los patitos persigan a su progenitora por todas partes.
En el estudio, publicado en la revista Science, a cada patito se le presentó inicialmente un par de objetos -algunos iguales y otros diferentes en la forma o en el color-, que se movían en una trayectoria circular. Los patitos, por tanto, quedaban «enganchados» a estos pares de objetos en movimiento.
Después, a cada patito se le permitió seguir a dos pares de objetos de formas o colores a los que no había sido previamente expuesto. Por ejemplo, si un patito había sido expuesto originalmente a un par de objetos esféricos, en la prueba de elección, podía haber tenido que elegir entre seguir a un par de pirámides (igual) o una pareja formada por un cubo y un paralelepípedo (diferente).
Si las aves habían aprendido la relación entre los miembros de la pareja la primera vez, entonces deberían seguir los pares de objetos novedosos que muestran la misma relación (ya sea «igual» o «diferente»), aunque nunca antes habían visto los objetos de prueba.
En el ejemplo anterior, los pequeños que habían sido «enganchados» a dos esferas, deberían haber seguido el conjunto de dos pirámides, porque son iguales entre sí.
Y eso es exactamente lo que hicieron los patitos.
Conceptos abstractos
Cerca de tres cuartas partes de las aves prefirió seguir el par de estímulo que presenta la relación que habían aprendido en la impronta, y su precisión fue tan buena tanto si tenían que aprender el concepto de igual o diferente, como si eran puestos a prueba con formas o colores.
«A nuestro entender, esta es la primera demostración de un organismo no humano que aprende a discriminar entre conceptos relacionales abstractos, sin ningún refuerzo de formación. Los otros animales que han demostrado esta capacidad lo han hecho al ser premiados en varias ocasiones para un rendimiento correcto, mientras que nuestros patitos lo hicieron espontáneamente, gracias a su predisposición para la impronta cuando son muy jóvenes», explica Alex Kacelnik, del Departamento de Zoología en Oxford. «Y debido a que la impronta ocurre tan rápidamente, los patitos aprendieron a discriminar conceptos de relación mucho más rápido que otras especies, y con un nivel de precisión similar».
Para Antone Martinho, estudiante de doctorado en Oxford y primer autor del estudio, esta sorprendente habilidad de los patos tiene un sentido biológico: «Cuando un patito es joven, tiene que ser capaz de permanecer cerca de su madre como protección, y un error en su identificación podría ser fatal».
Aún así, este es un logro inesperado para un patito, y un recordatorio de que expresiones como «cabeza de chorlito» (en inglés se dice «cabeza de pájaro») es «un insulto injusto».
ABC
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