Salsa de tomate. Sopa de tomate. Mermelada de tomate. Frijoles entomatados. Pizza de tomate. Kétchup. Y, por supuesto, tomates al natural.
Así fue la dieta de Liam Pierce durante 12 años.
"Había cosas que no fueran tomates, pero muy pocas. Y siempre con Ketchup", le contó Liam a la BBC.
"Nada de frutas o vegetales (además del tomate)", explicó el joven.
Pero su peculiar dieta no se trataba de un simple capricho.
Liam sufría un trastorno psiquiátrico.
"Mi sensación a la hora de pensar en comer otros alimentos era la misma que una persona con aracnofobia al ver una araña. Era como salir de mi zona de confort", relató Liam en entrevista radiofónica con la BBC.
Hasta 15 sabores
Es una enfermedad rara y poco conocida: el "síndrome de la alimentación selectiva" (también conocido como SED o ARFID, por sus siglas en inglés).
Se trata, según los expertos, de una neofobia alimentaria que afecta principalmente a niños y que se puede extender hasta la adolescencia.
¿Qué es el síndrome de la alimentación selectiva?
- Es una fobia asociada a ciertos alimentos y muchas veces se conoce como "neofobia"
- No se trata simplemente de ser "quisquilloso" con la comida (la mayoría de los niños lo son)
- Cuanto más tiempo persiste, mayor es el rechazo a ciertos alimentos
La principal consecuencia es la deficiencia nutricional, que puede perjudicar el desarrollo neuronal e intelectual, el crecimiento, las defensas y el rendimiento académico, le explicó a BBC Mundo Jesús Román, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca).
"El SED significa que no tienes más de 15 sabores (registrados)", dijo Liam.
"Es muy difícil de explicarlo porque mucha gente no conoce este trastorno", agregó.
Y su caso no es único.
Un ejemplo similar fue el de la adolescente británica Jennifer Radigan, quien sólo se alimentaba de papas fritas y de queso y que saltó a los medios en 2015.
"Me afecta cada día", se quejaba la joven. "No importa cuánto quiera comer otra cosa. No puedo".
Un niño "consentido"
Liam asegura que cuando leyó en los medios sobre otros casos comprendió que él también podría estar sufriendo lo mismo. Y comenzó a investigar sobre el tema.
"Los médicos me decían que era, simplemente, un niño consentido", dice Liam. "Pero eso no es así. Es un trastorno real. Y es difícil de explicarlo porque mucha gente no lo entiende".
A su madre, Helen, también le costaba.
"No podría comprender por qué mi hijo no quería probar nada nuevo. Era traumático tanto para él como para mí", le contó Helen a la BBC.
"No era un niño consentido. Era una respuesta fóbica", agregó Helen.
Algunos estudios en Estados Unidos encontraron miles de casos que responden a los criterios de este desorden alimenticio.
Y, según el Real Colegio de Psiquiatras de Reino Unido, cerca de un 12 por ciento de los niños de tres años lo sufren de forma persistente y son extremadamente caprichosos con la comida, pero menos del uno por ciento lo desarrollan en la adultez.
De acuerdo con la Revista Británica de Psicología Infantil Clínica y Psiquiatría, el síndrome de la alimentación selectiva es "un fenómeno muy poco estudiado que puede resultar en aislamiento social, ansiedad y conflictos".
Final feliz
Por suerte, la historia de Liam tiene final feliz.
Hace dos semanas, comenzó a incluir nuevos alimentos en su dieta.
Y el cambio, asegura, se debe a una terapia de hipnosis.
"En las últimas semanas he probado más de 50 cosas nuevas", dijo Liam.
"Es liberador saber que ha superado el trastorno y ver que tiene interés en la comida, en probar nuevos alimentos. Nos ha cambiado la vida", declaró su madre.
BBC
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