Dormía con su cariñosa serpiente... hasta que el veterinario le contó algo

Es bien sabido que los animales preferidos como mascotas por la mayoría de las personas son  los perros y los gatos. Esto se debe a que son animales domesticables, tiernos, juguetones, etc.

Por eso son las mascotas perfectas y hay personas que los quieren tanto que incluso dejan que estos duerman con ellos en la cama. Sin embargo, hay personas que prefieren otros animales, como esta chica de India que duerme con su pitón de 4 metros.

Resulta que esta chica era muy feliz con su serpiente, tanto así que hasta dormía con ella en la misma cama. Pero hubo un momento en el que la serpiente dejó de comer y la chica empezó a desesperarse porque intentaba darle de comer cualquier cosa pero la serpiente nada que comía.

Esto preocupó mucho a la muchacha que se decidió a llevar a su amiga al veterinario para saber si tenía alguna enfermedad o algo parecido.El veterinario escuchó paciente la historia que le estaba contando la chica sobre ella y la serpiente.

Al final, el doctor le preguntó lo siguientes: “¿La serpiente duerme con usted por las noches, se envuelve a su alrededor o cerca de usted y se extiende por toda su longitud?” A lo que la chica responde que sí sin saber lo que en realidad significaba.

Lo que pasaba mientras dormía tranquilamente con su serpiente

Resulta que el veterinario le cuenta lo siguiente: “Señora, su serpiente no está enferma, se está preparando para devorarla a usted. Cada vez que repta y `le abraza´, se envuelve a su alrededor, comprueba su tamaño y su peso.

Quiere saber si es usted una comida decente y cómo debe prepararse para atacar. Y ha dejado de comer para hacer suficiente espacio para poder tragarla y digerirla con mayor facilidad”.

Desde ese momento, la chica se dio cuenta que estaba equivocada, que su serpiente no tenía emociones humanas y que no la consideraba su amiga como ella creía. La moraleja de esta historia es doble: primero, que debemos entender la naturaleza de los animales que tenemos como mascotas, y por otro lado, que no todo el que nos abraza es nuestro amigo.