martes, 6 de septiembre de 2016

Estas son las cinco sustancias más adictivas de la Tierra, y sus efectos en el cerebro

La capacidad de adicción de una droga depende de diversas circunstancias, como la activación del sistema de la dopamina del cerebro o la sensación de placer



¿Cuáles son las drogas más adictivas? La pregunta parece sencilla, pero la respuesta depende de a quién se pregunte. Según diferentes expertos, el potencial de una droga para ser adictiva se puede juzgar en función del daño que cause, de su valor en la calle, de en qué medida active el sistema de la dopamina del cerebro, de lo placentera que la gente dice que es, de en qué grado provoca síntomas de abstinencia, y de la facilidad con que se “enganchará” a ella quien la pruebe.
Existen otros aspectos para medir el potencial adictivo de una droga, e incluso hay investigadores que sostienen que ninguna es adictiva siempre. Dada la diversidad de opiniones de los especialistas, una manera de clasificar las sustancias causantes de adicción es consultar con grupos de expertos. En 2007, David Nutt y sus compañeros pidieron a diversos especialistas en adicciones que hiciesen una clasificación, y descubrieron varias cosas interesantes.

1. La heroína

Los expertos consultados por Nutt y su equipo situaron la heroína como la droga más adictiva y le otorgaron una puntuación de 3 sobre 3. La heroína es un opiáceo que hace que el nivel de dopamina del sistema de recompensa del cerebro se eleve hasta un 200% en animales de laboratorio. Además de ser probablemente la droga más adictiva, la heroína también es peligrosa porque la dosis que puede causar la muerte es solo cinco veces mayor que la necesaria para colocarse.
Asimismo, la heroína se ha clasificado como la segunda droga más nociva considerando el daño que causa tanto a los consumidores como a la sociedad. Se calcula que en 2009 el mercado de opiáceos ilegales, incluida la heroína, alcanzó los 68.000 millones de dólares en todo el mundo.

2. La cocaína

La cocaína interfiere directamente en el uso que el cerebro hace de la dopamina para transmitir mensajes de una neurona a otra. Básicamente, impide que las neuronas desactiven la señal de la dopamina, lo cual causa una activación anormal del circuito de recompensa del cerebro. En experimentos con animales, la cocaína hizo que los niveles de dopamina se elevasen más de tres veces por encima del nivel normal. Se calcula que entre 14 y 20 millones de personas consumen cocaína en el mundo, y que, en 2009, el valor del mercado de esta droga rondaba los 75.000 millones de dólares.
La cocaína interfiere directamente en el uso que el cerebro hace de la dopamina para transmitir mensajes de una neurona a otra
Los expertos han clasificado el crackcomo la tercera droga más perjudicial, y la cocaína en polvo, que produce un efecto más suave, como la quinta. Alrededor del 21% de las personas que prueba la cocaína se convertirán en dependientes de ella en algún momento de su vida. Esta droga es parecida a otros estimulantes adictivos, tales como la metanfetamina –que constituye un problema cada vez mayor a medida que se hace más accesible– y la anfetamina.

3. La nicotina

La nicotina es la principal sustancia adictiva del tabaco. Cuando alguien se fuma un cigarrillo, es absorbida rápidamente por los pulmones y transmitida al cerebro. Según el grupo de expertos consultado por Nutt y su equipo, la nicotina (el tabaco) es la tercera sustancia más adictiva.
Más de dos tercios de los estadounidenses que han fumado alguna vez dicen haberse convertido en dependientes a lo largo de su vida. En 2002, la Organización Mundial de la Salud calculó que había más de 1.000 millones de fumadores, y se prevé que, para 2030, el tabaco acabe con la vida de más de ocho millones de personas al año. Los animales de laboratorio tienen la sensatez de no fumar. Sin embargo, las ratas pueden apretar un botón para recibir nicotina directamente al torrente sanguíneo, lo cual hace que los niveles de dopamina del sistema de recompensa del cerebro aumenten más o menos entre un 25 y un 40%.

4. Los barbitúricos (“tranquilizantes”)

Los barbitúricos –también conocidos como “caramelos”, “bombones”, “barbis”, “demonios azules” o “muñecas”– son una clase de droga que se utilizó inicialmente para tratar la ansiedad e inducir el sueño. Interfieren en las señales químicas del cerebro, lo cual hace que diversas regiones cerebrales dejen de funcionar. A dosis bajas producen euforia, pero a dosis más elevadas pueden ser letales porque inhiben la respiración. La dependencia de los barbitúricos era frecuente cuando estos medicamentos eran de fácil acceso con receta, pero ha descendido drásticamente desde que se han sustituido por otros. Esto pone de relieve el papel que el contexto desempeña en la adicción: si una droga adictiva no es fácilmente accesible, no puede causar mucho daño. Los grupos de expertos de Nutt y su equipo situaron los barbitúricos como la cuarta sustancia más adictiva.

5. El alcohol

A pesar de ser legal en la mayor parte de los países occidentales, los especialistas consultados por el equipo de Nutt lo puntuaron con 1,9 sobre 3. El alcohol causa múltiples efectos en el cerebro, pero en experimentos de laboratorio con animales aumentaba los niveles de dopamina en el sistema de recompensa cerebral entre un 40 y un 360%. Además, cuanto más bebían los animales, más subían los niveles.
Alrededor del 22% de las personas que han tomado una copa desarrollarán una dependencia del alcohol en algún momento de su vida. La Organización Mundial de la Salud ha calculado que, en 2002, 2.000 millones de personas consumieron alcohol, y que en 2012 murieron tres millones por el daño que la bebida causó a su cuerpo. Otros especialistas han clasificado el alcohol como la droga más perjudicial.
Este artículo se ha rectificado para corregir un error en la lectura de los datos de Nutt y su equipo. El autor agradece a Erin Brodwin/Business Insider que lo detectase.
Eric Bowman es profesor no numerario de Psicología y Neurociencia en la Universidad de St Andrews.
Cláusula de divulgación: Eric Bowman ha recibido fondos del Consejo de Investigación Médica de Reino Unido.
ElPaís

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