Se ha descubierto que unas bacterias intestinales de los seres humanos necesitan alimentarse de sustancias químicas segregadas por el cerebro.
Los científicos han descubierto por primera vez en el sistema digestivo humano unas bacterias que dependen, para poder sobrevivir, de uno de los productos químicos segregados por nuestro cerebro, informa la revista New Scientist.
Estas bacterias consumen GABA, una molécula crucial para calmar el cerebro, y el hecho de que se alimenten de ella podría ayudar a explicar por qué el microbioma intestinal parece afectar el estado de ánimo, lo sugieren Philip Strandwitz y sus colegas de la Universidad Northeastern, Boston (EE.UU).
Este tipo de bacterias intestinales recién descubierto, conocido como KLE1738, solo crece y se reproduce si alimenta a sus moléculas con GABA, el ácido γ-aminobutírico que es el principal neurotransmisor inhibidor en el sistema nervioso central de los mamíferos y que desempeña el papel principal en la reducción de la excitabilidad neuronal del sistema nervioso de los seres humanos y de otros mamíferos. En humanos, GABA es directamente responsable de la regulación del tono muscular.
En otras palabras, GABA inhibe las señales de las células nerviosas, lo que elimina la excitación y tiene un efecto calmante. Los bajos niveles de GABA en el cuerpo se asocian con trastornos de depresión y del estado de ánimo.
Por lo tanto, esta es la primera prueba de que la flora intestinal puede afectar el cerebro y el estado de ánimo de la persona.
Ahora el equipo de Strandwitz trabaja para detectar otros microbios intestinales también consumidores (o quizá productores) de GABA para utilizar estos conocimientos en el desarrollo de nuevos antidepresivos.
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