Ninguna madre quiere que su hijo se meta en líos. Ni siquiera aunque su trabajo consista en ello de vez en cuando. Casi con total seguridad, ninguna de las progenitoras de los policías que, por órdenes de sus superiores, deben ejercer la fuerza en ciertas situaciones estaría orgullosa de ver a sus retoños repartiendo estopa a diestro y siniestro. De hecho, ya hay quien ha creado un dispositivo con el que evitar por la vía materna que a los agentes de la autoridad se les vaya la mano.
El ingeniero y artista ruso Dmitry Morozov ha pergeñado Antenna, un dispositivo que manda un mensaje de texto a un número de teléfono concreto cuando una porra determinada golpea a algo (o a alguien). Para respetar esa manía tan propia de los humanos que nos lleva a ponernos siempre en lo peor, el texto de ese SMS es bastante claro: “Mamá, he pegado a un hombre”.
Con esto, Morozov pretende evitar que los agentes de las fuerzas del orden se excedan a la hora de utilizar una herramienta tan peligrosa y habitual como la porra. Así, con este artilugio, el artista ruso quiere que los policías más propensos a dar golpes se sientan coartados por lo que pueda pensar su madre si de repente su ‘smartphone‘ empieza a llenarse de mensajes anunciando que su hijo se está pasando de la raya.
Como los mecanismos de control estándar son ineficaces, este proyecto “apela a la maternidad como baluarte último de la amabilidad humana y la responsabilidad“, apunta Morozov. Para ello, ha incorporado a las clásicas porras un detector de vibraciones conectado a una placa de Arduino que, a su vez, se comunica con un módulo GSM desde el que se envía la información tras el impacto al teléfono móvil indicado.
La idea surgió cuando el artista vio por televisión la dureza con la que se empleaban los policías en Hong Kong, en distintos puntos de Estados Unidos y en Reino Unido. Entonces, decidió ponerse manos a la obra para tratar de frenar la violencia policial. “No soy un activista, pero creo que el arte podría ayudar a detener, o incluso a concienciar a través de la ironía”, comenta.
“Hay demasiada crueldad por parte de la policía en todas partes. En Estados Unidos, Rusia, Turquía… y lo vemos en los medios de comunicación casi todos los días”, afirma Morozov. De hecho, las propias autoridades ya han tomado cartas en el asunto. En ciertas partes de Norteamérica, los agentes ya van equipados con cámaras de vídeo para que así todo esté filmado en caso de que usen de forma desmedida la fuerza.
Los estadounidenses, de hecho, ya saben que la tecnología puede ser una gran aliada para evitar abusos por parte de los encargados de velar por la seguridad en las calles. Tanto es así, que la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) ha creado una aplicación para impedir que los agentes de policía puedan eliminar los vídeos que prueben que han sobrepasado ciertos límites a la hora de ejercer su autoridad. Mobile Justice permite a los ciudadanos proteger esas grabaciones que luego podrán ser utilizadas para evitar que situaciones como la ocurrida en Ferguson se repitan.
Ahora, con un artilugio como Antenna de por medio, las encargadas de frenar el abuso de autoridad de algunos policías son, nada más y nada menos, que sus propias madres. Cuando el domingo lleguen a casa para comer, si han recibido algún mensaje en su teléfono móvil, las matriarcas podrán dar un tirón de orejas a sus hijos y decirles que la violencia no lleva a ninguna parte. ¿Surtirá efecto? Desde luego, no hay nada como una reprimenda materna para poner las cosas en su sitio.
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