miércoles, 9 de diciembre de 2015

Una joven de 23 años desarrolló un dron que detecta la contaminación en el aire

Mónica Abarca es una joven ingeniera peruana de tan solo 23 años de edad, que a pesar de su juventud es una especialista en ingeniería mecatrónica. Ella inventó un dron (dispositivo aéreo no tripulado) que es capaz de detectar la contaminación en el aire, algo muy importante para poder proteger la salud del medio ambiente y las personas. 

El dron fue diseñado por la joven para su proyecto de tesis, que realizó para finalizar la carrera de en laPontificia Universidad Católica del Perú (PUCP).

Con su proyecto, la joven estudiante impresionó al jurado de la Competencia de Impacto Global-Perú, que la premió como ganadora y le otorgó una beca integral para el programa.



El dron está compuesto de sensores y algoritmos capaces de detectar contaminación en el aire, con el objetivo de estudiarla y contrarrestarla. Según cuenta Mónica: “Su misión consiste en medir no solo la contaminación del aire, sino también la radiactiva”.

Gracias al reconocimiento que recibió por este proyecto, la joven ingeniera viajará a Silicon Valley, California (EE.UU.), para participar en un posgrado en la Singularity University, una de las instituciones académicas más importantes para el impulso de proyectos tecnológicos en todo el mundo.

Mónica tiene conocimientos sobre inteligencia artificial, robótica y diseño. Su dron está equipado con sensores de gases y partículas, y aunque pesa alrededor de tres kilos,puede volar. 





El dispositivo tiene diversas aplicaciones, por ejemplo puede ser útil en el sector minero-metalúrgico. Según explica la joven, los drones pueden reemplazar las estaciones fijas de medición de contaminantes, ya que abarcan más espacio de manera dinámica.  

De esta manera, es posible inspeccionar un área mucho mayor y detectar con eficiencia si el aire contaminado está perjudicando a los pueblos cercanos a las minas.
El dron creado por Mónica puede elevarse hasta 500 metros sobre el nivel del mar, tiene una autonomía de vuelo de 10 minutos y no está dotado de cámara. 

Sin embargo, una segunda versión, que está en fase de desarrollo, podrá volar hasta treinta minutos y contará con una cámara que facilitará el proceso de exploración. Además, el diseño nuevo tendrá en cuenta que deberá operar a miles de metros de altura, donde se encuentran las minas. 

De esta manera, Mónica podrá contribuir a detectar el impacto de la contaminación provocada por la minería, uno de los grandes problemas que afecta a muchos países, especialmente a los más vulnerables.  

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