Esa hamburguesa que ves en la carta. La que te entra por los ojos y hace que se te caiga la baba sin poder evitarlo. ESA. No la que después te sirven, no.
Por desgracia, esa hamburguesa nunca es la que te acabas comiendo. Es otra cosa muy distinta, que se descompone y, aunque pueda estar rica —que no siempre lo está —, no se parece a la que te deshizo el estómago al observarla en la carta del restaurante.
Muchos se preguntan quiénes son los encargados de hacer las fotos de los menús de restaurante. Quiénes son esas maquiavélicas personas que consiguen esos pequeños milagros. Los periodistas de The Guardian han buscado respuestas, y han descubierto algunos de los secretos mejor guardados de estos artistas.
Las sesiones fotográficas de alimentos pueden durar unas 10 horas, aunque el proceso no parece tener demasiado misterio. “Solo hay que asegurarse de traer el suficiente material para cubrir lo necesario. Luego se hace sin más. ¿Qué puede salir mal?”, explica Denise Stillman, estilista que lleva 26 años en el negocio.
Aunque son conscientes de que para muchos podrían ser simplemente una especie de mentirosos, estos estilistas de comida explican que únicamente hacen lo mismo que las modelos con el maquillaje. “Cuando ves a mujeres caminando por la pasarela, ellas no representan lo que realmente son. Luego se quitan el maquillaje y te quedas como... 'wow'”, añade Charlotte Omnès, otra estilista de Nueva York.
Pero lo cierto es que esas fotografías utilizan trampas mucho más enrevesadas que las modelos. Estas son algunas de ellas:
Pegamento y crema solar en vez de leche
Los anuncios de cereales ocultan una curiosa realidad. La leche que suelen utilizar no es leche, sino pegamento, crema solar o productos capilares. Todo ello da al producto una consistencia que no se lograría si se utilizara leche real.
Jabón en vez de espuma
La espumita tan agradable de las cervezas o el café suele ser, en realidad, espuma de jabón de tubo que aporta un color más apetecible y una mayor solidez.
Grasa vegetal y crema de afeitar en los helados
Los helados son uno de los platos más difíciles de moldear por los artistas. Se derriten demasiado rápido y su factor de atracción se lo deben prácticamente todo a su apariencia. Es por ello que los estilistas utilizan muchos trucos para darles forma, como grasa vegetal, sirope de maíz, crema de afeitar para la nata o azúcar glas. Todo sirve para llegar a los ojos de los consumidores.
Desodorante y gelatina en bebidas
Desodorante y gelatina en bebidas
Los fotógrafos de bebidas solo usan alcohol real cuando la foto es para una marca de bebidas alcohólicas. En el resto de los casos, rara vez se fotografían las bebidas reales. En el caso de margaritas o daiquiris se suele utilizar polvo de hielo y gelatina, colorante de comida disuelto en agua y cosas como cubitos de hielo falsos hechos de plástico que no se derriten bajo los focos. Pero todavía más original es utilizar desodorante en spray y glicerina para recrear esas gotas de condensación que adornan los vasos de bebidas combinadas, cócteles y refrescos.
Incienso en vez de vapor
El vapor que sale de la pasta hervida da una sensación de calidez y frescura que suele atraer al público hambriento. Esto lo saben los publicistas y, para darle más color y densidad a ese vapor, lo sustituyen por incienso, humo de tabaco, o recurren a trucos como enterrar tampones empapados en agua y luego calentados en microondas bajo la comida.
Esponjas en vez de carne
La comida mexicana también recurre a la mentira. Para los tacos, algunos estilistas utilizan esponjas cosméticas pintadas con salsa marrón que, colocadas detrás de la carne real, aportan textura, consistencia y logran que las "conchas" se mantengan abiertas. Las tortillas de los diferentes tacos suelen estar pegadas con pegamento entre ellas.
Son muchos más los trucos que utilizan estos artistas y que seguirán utilizando, ya que afirman improvisar en la mayoría de las sesiones que llevan a cabo. La incógnita, no obstante, se encuentra en la franqueza de estos trucos.
¿Existe una línea que nunca deben sobrepasar estos estilistas o todo vale para vendernos un producto “falso”?
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