Los demandantes, que tienen entre 8 y 19 años de edad, incluyen a la nieta del renombrado científico del clima James Hansen, antiguamente de la NASA y conocido abogado de la reducción de los gases de efecto invernadero que causan el calentamiento del planeta.
Los denunciantes quieren que el gobierno se comprometa a reducir significativamente las emisiones de dióxido de carbono e implementar un “plan de recuperación del clima basado en la ciencia” que proteja a la Tierra para las futuras generaciones, de acuerdo con el grupo Our Children’s Trust (La confianza de nuestros niños), con sede en Oregon (oeste de Estados Unidos).
“Este caso va a poner a la ciencia indiscutible sobre el cambio climático de lleno frente a la justicia federal”, dijo el grupo, que presentó su demanda contra el gobierno del presidente Barack Obama en agosto, y ha consignado múltiples denuncias en estados en los últimos años.
Ellos están pidiendo que la Corte federal del distrito de Oregon -el estado donde vive la mayoría de los demandantes- ordene al gobierno “reducir rápidamente las emisiones de dióxido de carbono” para que las concentraciones de CO2 en la atmósfera “no sean más que 350 partes por millón hacia 2100″.
Las concentraciones de CO2 en la atmósfera bordean actualmente las 400 partes por millón, un nivel sin precedentes en la historia moderna, lo que ha hecho sonar las alarmas entre los científicos del clima.
En tanto, el planeta avanza hacia su año más cálido desde 1880, mientras las conversaciones sobre clima que parten a fines de mes en Parísrevelarán cuánto están dispuestos a hacer los líderes mundiales para salvar el medio ambiente.
En una señal de que la demanda de los chicos está causando cierta preocupación a los intereses de la industria, poderosas compañías de petróleo y carbón pidieron a comienzos de este mes permiso para unirse al gobierno estadounidense para oponerse a ella.
Entre ellos están la American Fuel and Petrochemical Manufacturers -que representa a ExxonMobil, BP, Shell, Koch Industries y otras empresas-, el American Petroleum Institute y la National Association of Manufacturers.
“La industria de los combustibles fósiles no desea presiones adicionales sobre el gobierno federal para emprender un programa de cambios más estricto”, dijo el profesor de derecho Gerald Torres, de la Cornell University, un experto en derecho ambiental que no está vinculado al caso.
“Esto sugiere que están tomando seriamente la demanda. Y pienso que ella debe ser tomada seriamente”, declaró Torres a la AFP.
Los denunciantes dicen que el gobierno federal conocía los peligros de las emisiones de carbón desde 1965, pero no hizo lo suficiente para detenerlas.
Específicamente, “nunca (fueron) implementadas” promesas del Congreso de la década de 1990 y de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para reducir significativamente las emisiones de CO2.
Esta falta de acción demuestra que el “gobierno federal ha violado los derechos constitucionales de la generación más joven a la vida, libertad, prosperidad, así como que ha fallado en proteger los recursos públicos esenciales”, dijo el grupo Our Children’s Trust.
En otras palabras, el gobierno ha reducido los recursos naturales vitales, tales como el aire, los mares, el agua y la vida silvestre.
En lugar de eso, el gobierno ha “continuado permitiendo, autorizando y subsidiando la extracción de combustibles fósiles, actividades que producen enormes cantidades de emisiones de CO2, que han causando el aumento sustancial de la concentración de CO2 en la atmósfera”, indicó en los documentos judiciales.
En el escenario político estadounidense también prima la cautela respecto a este asunto, con muchos legisladores republicanos escépticos de -o directamente negando- la existencia de un cambio climático causada por el ser humano.
“A nivel nacional, el debate está casi paralizado”, dijo Torres, agregando que piensa que el caso de los chicos “es legalmente sólido”.
Indicó que el caso ha hecho surgir “la pregunta fundamental que toda persona en una democracia debe hacerse cada día al despertar: ‘¿Para qué es el gobierno?'”
El gobierno de Obama ha diseñado un Plan de Energía Limpia para reducir las emisiones de CO2 en 32% hacia 2030 respecto a los niveles de 2005. Además, el presidente ha rechazado el controvertido oleoducto Keystone XL desde Canadá, proyecto al que muchos ambientalistas se oponen.
Pero Hansen y los niños involucrados en la disputa dicen que no es suficiente.
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