Chile cuenta con un real “tesoro verde”: El alerce. Este árbol milenario que en la actualidad está catalogado como “monumento nacional” (es decir, no se puede talar) es un tipo de ciprés que es capaz de almacenar grandes cantidades de dióxido de carbono según explican investigadores de la Universidad Austral de Chile (Valdivia) y de la Universidad de Oxford.
Mediante un estudio liderado por Rocío Urrutia-Jalabert y publicado en la revista PLoS One, se ha demostrado que el bosque de alerces (Fitzroya cupressoides) del Parque Nacional Alerce Andino es capaz de absorber hasta 517 toneladas de este gas contaminante, esto debido a su gran altura (de hasta 50 metros), diámetro (hasta cinco metros) y por su larga vida (se han encontrado árboles de más de 3.600 años de antigüedad).
Además de esta cualidad, el alerce desde la llegada de los primeros inmigrantes europeos al sur de Chile ha sido reconocido por su madera hermosa y duradera, siendo talado de forma masiva, e incluso después de ser declarado como monumento natural en 1976. De hecho actualmente se encuentra en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
De esta forma la protección y conservación no sólo es importante por la subsistencia de la especie, sino por la gran cantidad de CO2 que es capaz de captar este árbol. Los investigadores dirigidos por Rocío Urrutia-Jalabert, por tanto, exigen no sólo cambios legales para una mejor protección futura de los bosques milenarios contra los incendios y la tala ilegal. También abogan por promover la regeneración de los cipreses en las colinas costeras, donde los densos bosques han sido quemados durante siglos.
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