El hecho de tener agua y atmosfera hace que imaginemos un planeta parecido a la Tierra, con temperaturas cálidas y quizá hasta con formas de vida complejas. Sin embargo, es más probable que Marte fuera un páramo helado más parecido a la Antártida, y definitivamente poco acogedor para el ser humano sin ayuda permanente de la tecnología.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un equipo de geólogos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) después de estudiar el ciclo del carbono del planeta vecino. Los datos geológicos aportados por la sonda MAVEN indican que Marte perdió el carbono de su atmósfera, pero el equipo de la profesora de ciencias planetarias Bethany Ehlmann cree que, en realidad, Marte nunca fue especialmente abundante en carbono.
Foto: NASA
La consecuencia de esta hipótesis es que la atmósfera de Marte siempre fue muy tenue, y nunca tuvo la suficiente densidad como para contribuir a que las temperaturas del planeta vecino fuesen moderadas.
Ehlmann explica que la geología actual de Marte y los datos sobre el carbono apuntan a que hace 3.900 millones de años el planeta era un desierto cubierto de hielo que en algunas regiones se fundía temporalmente formando lagos.
Eso no descarta, sin embargo, que pudiera haberse desarrollado algún tipo de vida microscópica, pero si alguna vez hubo un ecosistema, este sería subterráneo. Bajo el suelo marciano se han encontrado evidencias de actividad termal que podría ser también la responsable del deshielo estacional. [Caltech vía Popular Mechanics]
Portada: Vista de un afloramiento mineral en Mount Sharp captada por el robot Curiosity. Vía NASA.
Gizmodo
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