El ADN del tardígrado, el único animal capaz de sobrevivir en el espacio, es tan raro que una buena parte ni siquiera es suyo.
El tardígrado (Tardigrada) es un micro-organismo “adorable” al microscopio, y por eso recibe el coloquial nombre de oso de agua, pero bajo este aspecto oculta una resistencia legendaria.
Por mucho que lo intentemos, matar a un tardígrado es muy difícil; es capaz de soportar temperaturas extremas de entre -272 ºC y 151 ºC, e incluso se ha demostrado que puede sobrevivir al vacío del espacio. ¿Cómo es posible que un “bicho” tan simple pueda enfrentarse a semejantes desafíos sin despeinarse?
El animal capaz de sobrevivir en el espacio coge ADN de otros seres
La respuesta está en su ADN. La Universidad de Carolina del Norte por fin ha publicado el genoma de los tardígrados, y la sorpresa es mayúscula: el 17.5% del ADN de los tardígrados proviene de otras especies. Aproximadamente unos 6.000 genes no han llegado al ADN por el proceso de evolución, sino que han sido asimilados de otros organismos, mayormente bacterias, plantas y hongos.
¿Qué significa esto? Que los tardígrados tienen características que no eran suyas y que no han conseguido evolucionando por si solos, sino que las han asimilado de otros animales y de plantas. La teoría de los científicos es que cuando un tardígrado sufre un proceso de desecación por temperaturas demasiado altas, su genoma irremediablemente se rompe. Esto permitiría que material genético extraño entrase y se uniese a la cadena de ADN, que volvería a la normalidad cuando la criatura volviese a hidratarse.
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