Uno de los habitantes más queridos y fotografiados de Soria en los últimos tiempos, la nutria que campaba por las aguas heladas del Duero a la altura del Sotoplaya, tuvo que ser intervenido tras recibir un disparo en la cabeza. El ejemplar se había convertido en una suerte de ‘mascota’ de la ciudad y en un símbolo del invierno en Castilla y León tras haber cautivado la atención mediática con sus paseos sobre y bajo el hielo, su cercanía a los visitantes y su buen porte.
La triste noticia pone fin a las especulaciones sobre el animal después de que desapareciese del río hace unos días tras haber atraído hasta las orillas a decenas de fotógrafos y paseantes, medios locales y autonómicos. Sus imágenes en las redes sociales acumularon miles de visitas, comentarios y ‘likes’. La siguiente imagen de la nutria tuvo que ser por rayos X tras un inexplicable ataque armado.
Según confirmaron fuentes ecologistas, aunque no hay denuncia el Seprona ya investiga de oficio el suceso. No obstante se trata de un caso complicado al desconocerse por el momento quién pudo disparar, si bien las sanciones pueden ser muy cuantiosas al haber atacado a una «especie estrictamente protegida» a escala europea, entre otras muchas figuras de protección implantadas desde los años 80.
El presidente de la asociación Amigos de los Mamíferos, de los Anfibios y de los Reptiles de Soria (Amar), Manuel Meijide, fue quien recogió a la nutria y le acompañó durante la intervención. Se trata de una hembra adulta de 3,5 kilos quien recogió a la nutria. Su relato de un «hecho lamentable» comienza entre los días 5 y 6 de enero, fechas probables de la agresión.
La situación se detectó el 7 de enero, cuando numerosas personas se percataron de que el animal presentaba una herida en la cabeza, si bien en primera instancia se pensó pensaron que había recibido un golpe con el hielo. El martes las redes sociales reaccionaban y comenzaron a aparecer mensajes de sorianos extrañados por su ausencia. Su popularidad había convertido al animal en todo un atractivo.
Sin embargo el bigotudo mustélido no estaba escondido en su madriguera ni remontando el Duero para refugiarse del interés mediático. Desorientado por los perdigones incrustados en su cabeza, había subido hacia la ciudad. Las alarmas se encendieron de inmediato y los avisos vecinales comenzaron a ubicarla en Los Pajaritos si bien finalmente se dio con ella en una pequeña zona de ocio junto a la gasolinera del San Andrés tras haber cruzado por el paso subterráneo. La policía Local y el Seprona ya tenían conocimiento de los hechos y Meijide acordó con los Agentes Ambientales que Amar se haría cargo de las primeras curas.
Una vez capturado el animal fue trasladado a las instalaciones del veterinario José Luis Serrano, donde se confirmaron las peores sospechas. Alguien había disparado al mustélido y además le había dado en la cabeza. Las pruebas diagnósticas permitieron descubrir que la nutria tenía alojados ocho perdigones en la cabeza pero que por suerte no habían penetrado en el cráneo por lo que muy probablemente se puede salvar.
La dispersión de los balines y su cantidad parecía apuntar más a un cartucho de arma de fuego que a disparos realizados con una carabina de balines, aunque será la investigación abierta quien determine qué tipo de arma utilizó el agresor. Cabe recordar que las carabinas de balines no requieren licencia de armas pero las escopetas sí, y se estaría ante supuestos distintos.
Con la nutria en el quirófano y anestesiada se procedió a abrir la piel afectada, desinfectar y darle puntos de sutura sin retirar los perdigones. Aún así, se teme que pueda perder la visión en un ojo como consecuencia de los daños sufridos aunque habrá que esperar a su evolución posterior.
Tras la intervención fue entregada al Centro de Recuperación de Animales Salvajes (CRAS) Los Guindales de Burgos donde será tratada hasta que pueda ser reintroducida en su medio. Hasta entonces, el Duero a su paso por Soria habrá perdido a su habitante más ilustre y el invierno de Castilla y León a todo un símbolo popular.
Tras la intervención fue entregada al Centro de Recuperación de Animales Salvajes (CRAS) Los Guindales de Burgos donde será tratada hasta que pueda ser reintroducida en su medio. Hasta entonces, el Duero a su paso por Soria habrá perdido a su habitante más ilustre y el invierno de Castilla y León a todo un símbolo popular.
Mientras tanto, especies alóctonas como los alburnos, el cangrejo señal o las pequeñas luciopercas que ya pueblan esta zona del Duero están más tranquilos. El hombre hizo honor a su condición del peor de los depredadores y, sin motivo aparente, envió al ‘hospital’ a un animal que ayuda a mantener cierto control sobre estas poblaciones perjudicales. Un doble daño para el ecosistema soriano que se suma a la indignación que ha generado el hecho. Y es que ayer mismo, según se iba conociendo la noticia, los ciudadanos comenzaron a reaccionar a través de las redes sociales con malestar, indignación y sed de justicia sintiendo la agresión casi como propia.
«Gentuza», «personaje», «asco», «salvajada», «maltratador», «se lo tendrían que hacer a él», «hijo de puta», «cabrones», «desalmados»... El catálogo de improperios -para muchos meras definiciones- de lo ocurrido y sus autores dejó bien claro que la nutria es algo más que un ‘bicho’ para los sorianos. ‘Duerita’ ya es un símbolo.
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